Aunque varias organizaciones han informado sobre la tragedia que viven más de 16 mil desplazados de Chiapas a causa de la violencia, la 4T afirma tener “otros datos”.
En los últimos meses, diversas organizaciones civiles han informado sobre el desplazamiento forzado de miles de personas en Chiapas, entidad en la que familias enteras han tenido que abandonar sus comunidades a causa de la violencia. Lamentablemente, se trata de un problema que el gobierno insiste en ignorar hasta el día de hoy.
De acuerdo con el informe “Chiapas, un desastre; entre la violencia criminal y la complicidad del Estado“, presentado hace unos días por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba), el desplazamiento forzado interno se ha agudizado en la entidad y son ya 16,755 las personas que se han visto obligadas por la violencia a huir de sus hogares entre los años 2010 y 2022.
Durante la presentación del documento, Dora Roblero, llamó al Estado a frenar a violencia que ejercen los grupos armados para ejercer un control social, político, económico y territorial, y atender a las personas desplazadas para que puedan regresar a sus casas en condiciones dignas, además de localizar a quienes están desaparecidos.
Asimismo, el Colectivo de Víctimas de Desplazamiento Forzado y Organizaciones Acompañantes pidió al gobierno federal cumplir con las recomendaciones que emitió en el informe presentado el pasado 4 de julio ante el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (Consejo DH-ONU) Cecilia Jimenez-Damary, relatora especial sobre los derechos humanos de los desplazados internos tras su visita oficial a México (del 29 de agosto al 9 de septiembre de 2022).
“El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas ha documentado el desplazamiento forzado por más de tres décadas en el estado de Chiapas. El patrón originario recurrente eran motivos religiosos y el conflicto armado interno. Actualmente se tienen registrados actos de desplazamientos vinculados al crimen organizado, que actúa con la aquiescencia del Estado y coludidos con células criminales que operan en la región, utilizando conflictos comunitarios para provocar el terror, y controlar a la población”.
Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas
Pese a todas las evidencias, esta mañana, durante su conferencia matutina de prensa, el presidente Andrés Manuel López minimizó la terrible situación por la que atraviesan las familias desplazadas de Chiapas y negó que exista una crisis a causa de la disputa de territorios entre grupos del crimen organizado y grupos paramilitares. El mandatario insistido en que no hay violencia en dicha entidad ni se ha roto el tejido social, pues “hay mucho respeto entre la gente y no se han perdido costumbres y tradiciones”.
Sin embargo, a principios de junio de este año, simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) llegaron a varias ciudades del país para alertar que Chiapas se encuentra “al borde de las llamas” a consecuencia de los ataques y disputas entre organizaciones paramilitares y grupos de la delincuencia organizada.
“Estamos atendiendo los problemas en Chiapas y también sostengo que se ha exagerado lo que sucede en Chiapas”, dijo el presidente en su conferencia.
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Con información de Educa Oaxaca y El Sol de México
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