En México se registra un asesinato cada 15 minutos

La estrategia de “abrazos, no balazos” bajo la lupa: un sexenio marcado por el aumento de homicidios

La estrategia de seguridad implementada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, centrada en el principio de “abrazos, no balazos”, ha generado amplio debate en el contexto de un creciente número de homicidios dolosos en México. Los datos recopilados por la agencia TResearch hasta el 9 de abril revelan una realidad alarmante: 183,732 homicidios dolosos registrados en lo que va del sexenio, con una persona asesinada cada quince minutos. Esta tendencia proyecta que el actual gobierno podría terminar con más de 200,000 asesinatos, o un promedio de 95 diarios, cifras sin precedentes que contrastan drásticamente con las de administraciones pasadas.

La era Peña Nieto: una comparación inmediata

Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el país contabilizó 156,066 homicidios dolosos, equivalente a 71 diarios y uno cada 20 minutos. Aunque estas cifras ya eran motivo de preocupación, la tendencia actual supera con creces los números de su administración, poniendo en evidencia el creciente desafío que enfrenta México en materia de seguridad.

Felipe Calderón y la “guerra” contra el crimen organizado

La administración de Felipe Calderón es frecuentemente recordada por su decisión de “declarar la guerra” contra el crimen organizado, una estrategia que marcó un antes y un después en la violencia en México. A lo largo de su sexenio, se registraron 120,463 homicidios dolosos (55 diarios y uno cada 26 minutos), cifras que, si bien altas, quedan significativamente por debajo de las actuales. La comparación resalta la complejidad y la escalada del problema de la violencia homicida en el país.

Sexenios previos: una perspectiva histórica

Mirando más atrás en el tiempo, durante el gobierno de Vicente Fox se reportaron 60,280 homicidios (28 al día y uno cada 52 minutos), mientras que Ernesto Zedillo vio 80,671 (37 diarios y uno cada 39 minutos), y Carlos Salinas de Gortari, 76,767 (35 diarios y uno cada 41 minutos). Estas cifras, aunque preocupantes en su momento, palidecen en comparación con los números actuales, subrayando la magnitud del desafío actual en seguridad pública y la necesidad de replantear las estrategias en curso.

Reflexiones sobre la estrategia de seguridad

A falta de 164 días para que concluya, el mandato de López Obrador ya es considerado el más sangriento en la historia reciente de México. Este escenario plantea serias dudas sobre la eficacia de la política de no confrontación del presidente, cuya gestión ha sido marcada no solo por el incremento de la violencia, sino también por la intolerancia y los ataques hacia los medios de comunicación que divulgan estos preocupantes datos.

El análisis de TResearch no solo pone en evidencia el crecimiento de la violencia homicida en el país, sino que también invita a una reflexión profunda sobre las estrategias de seguridad implementadas. La promesa de reducir la violencia a través de la pacificación y el diálogo parece distanciarse cada vez más de la realidad, dejando a su paso comunidades enteras en luto y demandando acciones más efectivas por parte del gobierno.

La comparativa entre el actual sexenio y los anteriores pone de relieve no solo el aumento significativo en el número de homicidios dolosos, sino también las dificultades inherentes a la lucha contra la delincuencia organizada en México. La estrategia de “abrazos, no balazos”, aunque bienintencionada en su búsqueda de una solución pacífica al conflicto, enfrenta críticas crecientes por su aparente ineficacia para contener, y mucho menos reducir, los niveles de violencia que asolan al país.

Mientras el fin de la administración de López Obrador se acerca, queda claro que el legado de su gobierno en términos de seguridad será un tema de discusión fundamental. La urgencia de adoptar medidas más efectivas y de establecer un diálogo constructivo con todas las partes involucradas se hace cada vez más evidente, en la esperanza de revertir las tendencias actuales y garantizar la paz y seguridad que la sociedad mexicana demanda y merece.

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