Beatriz Pagés analiza el impacto de la Ministra a un año de presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación
Hace un año, Norma Piña asumía la presidencia de la Corte, marcando un hito trascendental en la vida institucional de México, según la penetrante perspectiva de Beatriz Pagés, Directora de la Revista Siempre. La periodista, con agudo análisis, destaca que el nombramiento de Piña representó más que un simple cambio de liderazgo; fue una bocanada de oxígeno esencial para la vida democrática del país, convirtiéndose en una figura central de contención constitucional ante posibles abusos de poder.
Beatriz Pagés describe a Norma Piña como una mujer de aspecto sencillo, sin pretensiones ostentosas, que se ha transformado en un auténtico ícono de defensa del Estado de Derecho. En un país donde reconocer y valorar a un juez es una rareza, especialmente cuando se desprecia la esencia misma del Estado de Derecho con frases como “no me vengan con que la ley es la ley,” Piña ha enfrentado una serie de desafíos monumentales desde el día uno de su asunción al cargo.
La presidenta de la Corte, junto con otros ministros que han osado desafiar la arrolladora maquinaria oficial, ha sido simbólicamente condenada a muerte; sus imágenes fueron colocadas en ataúdes por grupos vandálicos pagados. Pagés subraya que Piña ha sido, sin duda, la mujer que más ataques e insultos ha recibido, siendo víctima de acoso y espionaje, todo como consecuencia de su compromiso inquebrantable con la independencia de la justicia.
“Presidenta de la Corte se ha puesto frente a los tanques de guerra. Los ciudadanos tenemos que inspirarnos en su legado”.
Beatriz Pagés
La Ministra que no busca aplausos, sino un Poder Judicial independiente e imparcial
Plenamente consciente del enojo del presidente que no perdona a la Corte por invalidar reformas inconstitucionales. La Ministra declar: “No buscamos aplausos,” en respuesta al recorte presupuestario y reafirmando que la impartición de justicia bajo su liderazgo será siempre independiente e imparcial. La periodista, en una comparación audaz, equipara la postura de Piña con la valentía de aquel joven chino que se paró frente a los tanques de guerra en Tiananmen, destacando su resistencia pacífica ante un régimen que intenta socavar los pilares de la justicia.
Beatriz Pagés concluye su análisis llamando a los ciudadanos a inspirarse en el legado de Norma Piña, resaltando que, al igual que aquel ciudadano chino, se ha puesto “frente a los tanques de guerra” del poder. Su valentía, su resiliencia, y su defensa incansable del Estado de Derecho deben servir de inspiración y recordatorio de la importancia vital de preservar las libertades, la democracia y las instituciones de México, especialmente en un año electoral crucial como el 2024.