Entre las 195 estaciones que conforman las 12 líneas del Metro, se estima que hay de 13 mil a 20 mil vagoneros.
Bases y líderes en cada línea
El Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) se compone de 12 líneas con un total de 195 estaciones. Casi desde su inicio comenzaron a proliferar los comerciantes ambulantes en su interior, conocidos como vagoneros.
En los 80, los propios comerciantes y autoridades del Metro estimaban una población dedicada a esta actividad de 5 mil 527 personas. En 2017, la cifra se valoró en 13 mil y cálculos de organizaciones indican que actualmente podrían ser ya 20 mil. Cifras más o cifras menos, lo cierto es que no hay un solo viaje que no cuente con uno, dos o hasta tres comerciantes ofreciendo infinidad de mercancía desde comida, música y video, aparatos tecnológicos, cantantes, comediantes y quienes piden limosna.
Aunque pareciera que cualquiera podría ingresar y comenzar a vender, lo cierto que es que hay grupos que controlan la distribución y las plazas dentro de los vagones y las instalaciones del Metro. Cada línea se compone de una base, los adscritos a ella deben respetar ciertas normas como no invadir una línea que no les corresponde.
“En el caso del horario del trabajo, nosotras decidimos la hora y salida, cómo acomodarnos, no tenemos un reglamento, pero sí orden de vender uno o dos en un vagón para permitir la libre venta del compañero.”
Brenda Loa, vagonera.
Se calculan 15 agrupaciones
Ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) los grupos u organizaciones de vagoneros, de las que tampoco se conoce el número exacto, carecen del permiso o licencia de personas no asalariadas que emite esa dependencia.
La resistencia de estos grupos ante los esfuerzos de las autoridades por ordenar el comercio dentro del Metro hace imposible conocer la magnitud de su composición. Solo en una ocasión la Coordinadora de Organizaciones y Grupos de Comerciantes Informales del Metro (COGCIM) informó aglomerar las asociaciones La Unión Única Independiente de Vendedores del Metro. AC, la Asociación de Comerciantes de los Ramales del Metro de la República Mexicana AC., y la Organización de Vagoneros y Comerciantes AC.
Así como la Unión de Vendedores Ambulantes Vagoneros y Pasilleros del Metro de Puestos Fijos y Semi Fijos AC, la Asociación de Mujeres Comerciantes y Colonos Organizados del DF, AC; la Unión Independiente para el Cambio de Comerciantes Ambulantes del Metro AC, Metrópoli Solidaria AC, y el Instituto de Arquitectura Popular SC.
El líder de vagoneros informó para La Prensa que son cerca de 15 agrupaciones que se encargan a través de acuerdos no escritos, del reparto de las estaciones para “vagonear”.
El estudio “Justicia y Trabajo bajo la Ciudad de México: La situación laboral y la criminalización del comercio popular en el Metro” elaborado por Mujeres en Empleo Informal, Globalizando y Organizando (Wiego) y el Colmex, reporta prácticas contra los vendedores como cobro de renta por venta, extorsiones o comercio fijo de ciertos productos, a quienes tampoco les hacen partícipes de los apoyos por proyectos negociados con las autoridades de la CDMX.
“La evolución de las organizaciones y los representantes de éstas han permitido que las agrupaciones de los comerciantes populares se vuelvan cada vez más democráticas e informadas respecto a sus derechos. Esto ha favorecido la disminución de los liderazgos de tipo clientelar y el crecimiento de las organizaciones democráticas de comerciantes populares”.
Estudio de Wiego y Colmex.
Lagunas legales difuminan su operación y sanción
Las autoridades capitalinas han definido las instalaciones del Metro como “espacios de máxima seguridad”. Sin embargo, Tania Espinosa Sánchez, coordinadora para la Ciudad de México de la Organización de Mujeres en Empleo INformal Wiego, argumentó que en realidad no existe un texto jurídico concreto que especifique con claridad que comerciar en las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo conlleve una falta administrativa como sanción.
“Es por ello que, según los intereses de la autoridad que interpreta la norma y la sanción, se aplican ciertos artículos a los vagoneros y se les presenta como que atentan contra la seguridad de los ciudadanos, lo cual es un claro ejemplo de la criminalización que enfrentan”.
Tania Espinosa Sánchez, coordinadora para la Ciudad de México de Wiego.
Espinosa aclara que, aunque en el reglamento de movilidad de la Ciudad de México se prohíbe ejercer el comercio en los vagones del Metro, esta cláusula no está incluida en la Ley de Movilidad lo que supone una clara incongruencia con el criterio de jerarquía normativa de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
“Se ha establecido que un reglamento no puede modificar o alterar el contenido de la ley. Por lo que estamos ante una prohibición que es ilegal”.
Tania Espinosa Sánchez, coordinadora para la Ciudad de México de Wiego.
No obstante, eso no impide que sean constantes las denuncias de vagoneros que afirman que han aumentado las remisiones al juzgado cívico tras ser detenidos en el Metro, así como la estigmatización y criminalización a su trabajo de parte de policías quienes los acusan de delitos como robo a transeúnte o pasajero sin que haya una persona denunciante o víctima. Al enviarlos al “Torito”, son acreedores a una multa de mil 95 pesos o la imposición de 13 horas de trabajo comunitario.
Por otra parte, Espinosa insiste en que, si bien la Constitución de la Ciudad de México deja claro que protege el trabajo no asalariado y el comercio popular, es necesaria una legislación secundaria. Un proyecto al respecto sigue pendiente desde hace más de dos años en el Congreso local.
Por ello, Wiego exige que se incluya al comercio popular en los vagones del Metro, que se regule para que los comerciantes cuenten con una licencia de trabajo y tengan un empleo digno, sin ser remitidos a los juzgados cívicos, ni ser criminalizados.
Con información de La Prensa.