México enfrenta una crisis de violencia sin precedentes, con tasas de homicidios que alcanzan niveles alarmantes y que plantean serios desafíos tanto a la seguridad nacional como al tejido social. En numerosas comunidades, la violencia homicida se ha enraizado profundamente, afectando desproporcionadamente a los más vulnerables y erosionando la confianza en las instituciones encargadas de proteger a los ciudadanos.
Esta situación crítica ha impulsado a expertos de diversas disciplinas a buscar soluciones urgentes y efectivas, desafiando la inercia política y proponiendo estrategias innovadoras que puedan revertir esta tendencia devastadora.
En un intento decidido por abordar la alarmante escalada de homicidios en México y América Latina, expertos provenientes de diversas universidades y organizaciones civiles se reunieron en la reciente Conferencia Internacional sobre la Reducción de Homicidios que ha marcado un hito en la lucha contra una crisis que afecta desproporcionadamente a grupos vulnerables, incluyendo pueblos indígenas y la comunidad LGBTIQ+.
Entre las organizaciones e instituciones que participaron activamente en la conferencia se encuentran destacadas entidades como el Seminario de Violencia y Paz del Colegio de México (Colmex), el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México Evalúa, Impunidad Cero, Data Cívica, y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez. Cada una de estas organizaciones aportó su expertise y perspectivas únicas, enriqueciendo la discusión y las soluciones propuestas. Esta diversidad de voces y especializaciones aseguró un enfoque holístico y multifacético, crucial para abordar la compleja problemática de los homicidios en la región.
La iniciativa fue encabezada por figuras como Ernesto López Portillo, del Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana, quien subrayó la formación de una coalición el año pasado: “El objetivo era unir fuerzas para construir una aproximación integral que mejorara nuestra capacidad de incidir en políticas e instituciones asociadas con el homicidio, feminicidio y transhomicidio”. Esta declaración refleja un enfoque colaborativo y sistemático para abordar las raíces y las manifestaciones de la violencia homicida.
Durante la conferencia, los expertos presentaron un panorama sombrío de la situación actual. López Portillo destacó la gravedad del problema: “La tasa de violencia letal en México es alarmante, con 25.9 homicidios por cada 100,000 habitantes, una cifra que supera cinco veces la tasa global.” Además, señaló que estados como Colima, Zacatecas y Baja California presentan tasas que rivalizan con zonas de conflictos armados.
Las recomendaciones de la conferencia abarcaron una serie de estrategias destinadas a combatir eficazmente la violencia:
Uno de los mayores desafíos señalados fue la resistencia política a adoptar y aplicar estas recomendaciones. “Nos enfrentamos a una barrera política considerable que minimiza la visibilidad de nuestras investigaciones y propuestas”, explicó López Portillo. Este escollo se ha manifestado en reticencias por parte de algunos sectores políticos que perciben los informes y estudios como críticas o ataques, en lugar de verlos como herramientas para mejorar la gobernanza y la seguridad pública.
La conferencia también subrayó la necesidad de mejorar la cooperación con las autoridades militares, especialmente en términos de transparencia y rendición de cuentas en las estrategias de seguridad. López Portillo lamentó la falta de diálogo efectivo: “Desde 2017 no hemos tenido un acercamiento significativo con las autoridades militares para discutir y entender las estrategias de seguridad, incluyendo el despliegue de la Guardia Nacional.”
Ignacio Cano, del Laboratorio de Análisis de Violencia de la Universidad de Río de Janeiro, enfatizó en la conferencia que el problema de los homicidios es regional y no meramente local. “Las estrategias deben ser diseñadas para ser aplicadas a nivel transnacional, considerando las dinámicas y desafíos específicos de cada país involucrado”, indicó. Esto resalta la necesidad de una acción coordinada entre países de América Latina para enfrentar esta crisis de manera efectiva.
La conferencia concluyó con un fuerte llamado a las autoridades entrantes y actuales para que prioricen y adopten las recomendaciones propuestas. Este encuentro representa un esfuerzo crítico y esperanzador por cambiar la narrativa de violencia en la región, proponiendo soluciones fundamentadas y viables que requieren no solo la aceptación gubernamental sino también un compromiso continuo para su implementación y evaluación.
El futuro de la seguridad en México y en toda América Latina podría depender de la capacidad de sus líderes y comunidades para adoptar estas recomendaciones y trabajar de manera conjunta y decidida hacia un ambiente más seguro y justo para todos sus ciudadanos.
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