Cuidado con las gangas

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Autor: Héctor de Mauleón

“Ahí te va ese perro”, le informó La Voz a uno de sus cómplices. La Voz es el encargado de colocar anuncios en Segundamano Mercado Libre, para enganchar víctimas interesadas en adquirir autos que se ofertan a precios de ganga.

La Voz hace las negociaciones desde “una oficina virtual” —maneja probablemente 50 celulares desechables—, y cita a las víctimas en zonas poco transitadas, en las que no hay cámaras de seguridad.

Desde hace más de un año las autoridades capitalinas habían detectado que ladrones de autos se habían “mudado” a los portales especializados en anuncios de ocasión: habían detectado bandas especialmente violentas que metían una bala en las piernas, el pecho, el cuello o el abdomen de sus víctimas.

“Se está tardando, pero ahí te va”, repitió La Voz.

En los últimos meses los casos se sucedieron en la ciudad de México. En agosto pasado, un matrimonio llegó desde Morelos hasta una callejuela de la alcaldía de Tlalpan. Habían encontrado en Segundamano un verdadero regalo: un auto de cien mil pesos, que su dueño remataba en solo 75, y abría incluso la posibilidad de un arreglo de último momento.

La mujer murió de un tiro, el hombre logró escapar, los asaltantes huyeron llevándose el dinero, y el auto en el que la pareja había llegado.

Al mes siguiente, dos novios procedentes de Los Reyes La Paz, Estado de México, arribaron a Tulum y Conkal, en la alcaldía de Tlalpan. Les habían ofrecido casi regalado un Seat Ibiza. En esa esquina encontraron a un joven que les informó “que ya venía su hermano, que se había retrasado un poco”. Quienes llegaron fueron varios hombres a bordo de un auto. Mataron al joven de 28 años de un tiro en el corazón, y se llevaron su dinero y su auto.

En los primeros meses de 2019, un hombre que, atraído por un anuncio colocado en un portal, acudió a comprar un auto en el Pedregal de Santo Domingo, acompañado de su hijo, fue asesinado de un tiro en el cuello. Casos semejantes se dieron en Tláhuac e Iztapalapa, donde en noviembre pasado la Secretaría de Seguridad CiudadanaSSC, logró la detención de siete hombres que con el mismo método acababan de un robar un auto y dinero en efectivo.

La Subsecretaría de Información e Inteligencia Policial de la SSC detectó que había aparecido un anuncio sospechoso en los portales dedicados a la compra venta de objetos. En ellos aparecía la foto del mismo auto, un Honda Accord, pero el precio era distinto. Decía uno de los anuncios: “Honda Accord. Único Dueño. 97 mil pesos. Kilometraje 80 mil. Transmisión Automática”.

La Subsecretaría detectó que el auto era fantasma, que la fotografía se la habían robado de otra página. Un agente adscrito al Grupo Börü inició la negociación. “Me interesa el coche. Cuánto es lo menos”.

El agente acordó encontrarse con el vendedor en una calle de la colonia Campestre Aragón, en Gustavo A. Madero. Diez elementos del grupo, vestidos de civil, se mimetizaron en el perímetro. Tres más llegaron a bordo de un auto a la esquina en donde los habían citado. Era en efecto una calle poco transitada y sin cámaras de vigilancia.

“Ahí te van. Ahorita te llega el Año Nuevo”, avisó La Voz.

—¿Vienen por el carro? —les preguntó un joven.

—Sí.

—Mi tío no tarda en llegar.

El joven se movió hacia la ventanilla del copiloto, como para distraer a los tripulantes. Dos hombres más salieron de la nada.

—Chingaste a tu madre —le dijo uno de ellos al conductor, apuntándole con un arma. Un cuarto cómplice bajó de una motoneta.

Pero el conductor era el jefe de la célula encargada del operativo. Sacó el arma que llevaba bajo la pierna y le disparó al agresor en el hombro. Sus cómplices echaron a correr. Los agentes encubiertos en la zona los detuvieron cuando huían.

Cuidado con las gangas.

O como dice el clásico: nada es
gratis.

@hdemauleon
demauleon@hotmail.com

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