Autor: Demetrio Sodi
Para muchos, las principales preocupaciones del gobierno de López Obrador son la falta de crecimiento económico y la inseguridad; sin embargo, el verdadero riesgo es el retroceso democrático a que nos están llevando varias decisiones del actual Presidente.
Tardamos más de 30 años en transitar de un presidencialismo y partido único hacia una auténtica división de poderes y un federalismo, y en sólo 12 meses, López Obrador ha dado pasos para regresar al país de un solo hombre.
Su primera decisión fue nombrar delegados especiales en cada estado, debilitando a los gobernadores y fortaleciendo la figura presidencial. El dinero federal ya no pasa por los gobiernos estatales, todo se entrega en nombre de López Obrador.
Su segunda acción fue desconocer y romper cualquier diálogo con toda la sociedad civil organizada, para sustituirla por consultas a mano alzada, en mítines públicos de militantes de Morena que sólo sirven para legitimar la decisión del Presidente.
La tercera decisión fue desprestigiar y debilitar financieramente a los órganos autónomos, nombrando consejeros subordinados a él. Los órganos autónomos permitieron limitar las decisiones arbitrarias del gobierno y al debilitarlos, estamos regresando a un autoritarismo que, en contra de lo que pretende López Obrador, va a caer en más corrupción. Ya controla la Comisión Reguladora de Energía, la CNDH y va con todo para controlar el INE y el INAI.
Hemos dado un paso atrás en la división de poderes, el funcionamiento del Congreso actual es una calca de cómo funcionaban las Cámaras antes de 1988.
No se puede culpar a López Obrador de haber obtenido mayoría en ambas cámaras, pero el trato despectivo que da a la oposición e incluso a los legisladores de su partido y los partidos aliados es insultante. Por otro lado, está utilizado la información que tiene para nulificar a los diputados y senadores priistas que prefieren, por temor, no enfrentársele.
Hasta ahora ya debilitó al federalismo, a los organismos independientes, al Congreso e ignoró a la sociedad civil, le falta, para terminar su obra, controlar al Poder Judicial, lo cual podrá hacer con el nombramiento de dos nuevos ministros —como ya sucedió con otros dos—, muchos temen que pase lo mismo con el presidente de la Corte.
Según él, el país es más democrático por haberse aprobado la revocación de mandato; sin embargo, es tan autoritario que, aún cuando él no tiene facultades para convocarlo, ya le puso fecha para el 21 de marzo de 2022. La revocación de mandato es un error, porque va a crear un caos en el gobierno, en caso de que la gente decida a favor de la revocación.
Para López Obrador, la democracia está en la figura presidencial, igual que para acabar con la corrupción basta con su palabra. Está concentrando cada día más poder en su persona y la única forma de pararlo y evitar que acabe con nuestra democracia es unirnos para impedir que vuelva a tener mayoría en la Cámara de Diputados en la elección del 2021.
POR DEMETRIO SODI
COLABORADOR
@DEMETRIOSODI