Autor: Alejandro Sánchez
Nadie habla del peor de los fracasos ocurrido el fin de semana en Madrid. Representantes de casi 200 naciones no dieron una sola señal de esperanza al mundo para atender la emergencia climática. Todo lo contrario. Mostraron que les vale madre la justicia climática al tomar maletas y retornar a sus países sin consenso mundial sobre las acciones inmediatas para revertir los daños al medio ambiente.
El cambio climático nos está mostrando un impacto bárbaro en la vida humana al alterar la frecuencia e intensidad de eventos climatológicos catastróficos: huracanes, incendios forestales, lluvias o sequías y temperaturas extremas. Está en riesgo la seguridad alimentaria, de salud, energética y de abastecimiento de agua. Es la peor amenaza de la siguiente generación.
Las declaraciones en la víspera de participantes y organizadores del evento revelan, que al darle la espalda a los desafíos y acciones concretas, la única garantía es el empeoramiento de los desastres naturales. “Lo que no podemos hacer en la Cumbre del Clima (del 2 al 13 de diciembre) es rendirse porque eso sería irresponsable”, había dicho la mexicana Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático.
El cambio de sede a Madrid, luego de que las revueltas sociales en Chile impidieron que el encuentro se desarrollara en América, fue el preludio de la derrota para regular los mercados de carbono. “El débil llamado para realizar esfuerzos más ambiciosos contra el cambio climático agranda la brecha entre los gobiernos y la ciencia sobre la crisis climática”, resumía el domingo el diario El País. A todo esto: ¿cuál es el papel de México ante la emergencia climática global? Esto después de que en 2019, el cambio climático alcanzó el grado de “emergencia climática”. Sus efectos, en serio, pueden ser devastadores.
En noviembre, el propio Senado declaró a México en emergencia climática, urgiendo a tomar acciones. Existe una Ley General de Cambio Climático, sin embargo, no ha sido posible lograr sus objetivos porque el gobierno mexicano ni siquiera ha publicado los instrumentos, organismos, reglamentos ni políticas públicas para ello. Al gobierno de López Obrador poco le interesan esos temas.
La Ley General de Cambio Climático establece en su artículo 26 los principios de participación ciudadana, transparencia, acceso a la información y a la justicia considerando que el gobierno debe proporcionar acceso efectivo a los procedimientos judiciales y administrativos necesarios. Pero al ritmo que vamos, estamos a años de lograrlo aún cuando México es parte de los 10 países responsables de 73% de toda la emisión de gases de efecto invernadero del planeta.
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Uppercut: Para muestra un botón: hay que revisar cómo van las investigaciones sobre daños ambientales y ecocidios más siniestros en el país, sobre todo propiciado por la mineras, para darnos cuenta del valemadrismo a la justicia climática. Haremos la revisión.