Autor: Yuriria Sierra
Llegamos algo tarde, pero llegamos.
México va completando su mapa de medidas en favor del ambiente al poner en marcha, cada vez en más entidades, leyes que prohíben el uso de bolsas de plástico.
Este 2020 le toca a la CDMX implementar esta regulación, que, si bien es polémica para algunos, funciona en beneficio de todos.
Nuestro país y el mundo entero están en el punto de decidir si desean continuar operando como lo han hecho hasta hoy, a pesar de las consecuencias para el planeta, o si modificamos usos y costumbres, y con ello la demanda y el consumo, en favor del cuidado del entorno. Y estas medidas funcionan justo en dirección de lo segundo.
La industria del plástico tendrá que obligarse también a usar o generar nuevos materiales que le permitan continuar con su producción sin afectar a las más de 25 mil personas que laboran en ella, como amenazó el sector. No hacen falta argumentos que justifiquen la implementación de medidas que buscan reducir el impacto ambiental. No hay otra manera de detener esto.
Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua, Durango, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Nayarit, Nuevo León, Sonora, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Quintana Roo y Veracruz son estados en los que el uso de bolsas de este material ya es blanco de multas contra comercios que las entregan a sus clientes. Es noticia vieja en alguno de estos lugares. Como lo es también en países como Alemania, Argelia, Aruba, Austria, Bahamas, Barbados, Belice, Colombia, Costa de Marfil, Costa Rica, Dinamarca, Eslovaquia, España, Finlandia, Grecia, Guyana, Holanda, Hungría, Irlanda, Italia, Jamaica, Marruecos, Portugal, Puerto Rico y Sudáfrica, donde el plástico está regulado de manera parcial.
En otros territorios como Bangladesh, Chile, China, Etiopía, Francia, India, Kenia, Panamá, Ruanda, Senegal y Uganda, el plástico es un material prohibido en su totalidad. Estos países, desarrollados y en proceso de, han entendido la importancia de la reducción del impacto de los residuos plásticos, de las miles de millones de bolsas de polietileno que se usan al año y del bajísimo porcentaje (1%) de reciclaje de ellas; han actuado contra su no degradación al no lanzarlas al mercado y las calles.
En la CDMX sólo estarán permitidas en la venta de alimentos. Para el 2021, la prohibición alcanzará a utensilios de plástico, condenados también a ser de un solo uso.
Ante la incomodidad que pueda generar acostumbrarnos a utilizar bolsas de tela (ya también vueltas un producto de consumo y alta demanda), tendremos que pensar qué estamos dispuestos a dar por nuestro entorno. Si nos resistimos a medidas como ésta, pobre planeta.
Addendum. Y también la Ciudad de México pone en operación la tarjeta multimodal para el transporte público. Como sucede en varias urbes del mundo, un solo sistema de pago para acceder a los servicios de movilidad de una metrópoli.
Sólo habrá que seguir la pista de su funcionamiento, ayer, en su primer día, se reportó el plástico agotado en varios puntos de venta.