El Consejo de Evaluación del Desarrollo de la Ciudad de México EVALÚA (2019) estimó que 49.2% de la población habita casas precarias.
No cuentan con servicios básicos
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, en la Ciudad de México existen aproximadamente 41 mil viviendas (2% del total) construidas con material de desecho como láminas de cartón, de asbesto o metálicas, carrizo, bambú o palma, embarro o bajareque, madera y adobe.
De estas, el 5% tienen techo de láminas de cartón, de asbesto o metálicas, carrizo, bambú o palma, embarro o bajareque, madera y adobe; y 95%, techo de losa o viguetas con bovedilla, por lo que se contemplan como sistemas ligeros de construcción de losas y entrepisos, mismas que dan ventajas en cuanto a costo, rapidez y seguridad.
El Atlas de Riesgos de la Ciudad de México ha identificado 207 mil 953 viviendas (8%) localizadas en zonas con fracturas, 57 mil 126 (2.2%) en zonas de ladera con un muy alto grado de riesgo y 350 mil 335 (13%) en zonas de muy alto riesgo por precipitación.
En este tenor, el Consejo de Evaluación del Desarrollo de la Ciudad de México EVALÚA (2019), estimó que en 49.2% de la población que habita en viviendas precarias o hacinadas, hay más de dos personas por dormitorio y a 3.3 entre la población con pobreza muy alta en la ciudad. Además, que se enfrentan a una grave carencia de servicios como agua, drenaje y excusado.
Por otra parte, el restante 98% de las viviendas (2.6 millones), cuentan con paredes de tabique, ladrillo, block, piedra, cantera, cemento o concreto. El 69.3% de las viviendas tiene piso de madera, mosaico u otro recubrimiento, mientras que 30.5% tiene piso de cemento o firme y 0.1% tiene piso de tierra en su vivienda.
Del total de viviendas en CDMX, el 50% tiene una antigüedad mayor a 25 años.
Acceso a servicios
En 2019 existían 2.7 millones de viviendas, de las cuales 1.76 millones (59%) eran casas independientes y 1.1 millones (41%) eran departamentos en edificio, en vecindades, en cuartos de azotea y locales no construidos para habitación (otro).
En cuanto al acceso a servicios, 91.3% de las viviendas cuenta con agua entubada dentro de la vivienda, 6.3% la tiene entubada fuera de la vivienda (pero dentro de los límites de la ubicación de la vivienda), mientras que 2.4% cuenta con líquido de llave pública, acceso a través de captadores de lluvia, agua entubada que acarrean de otra vivienda, de pipa o de un pozo, río, lago, arroyo u otra.
Respecto al acceso de energía eléctrica, 99.8% de las viviendas cuenta con el servicio; el 97.7% utiliza con mayor frecuencia gas de tanque, natural o de tubería; y el 93.1% elimina su basura mediante la recolección de camión o carrito.
Ahora bien, en cuanto a la propiedad, el 55.5% de las viviendas son propias, 21.6% es rentada y 14.5% prestada.
Del total de viviendas propias, 1.6 millones, 46.3%, fue adquirida ya hecha, 25.1% fue construida por sus ocupantes y 22.5% fue mandada a edificar. El total de casas propias fue adquirido con recursos propios.
¿Qué pasó con el programa de reordenamiento territorial?
El proyecto de Programa General de Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México 2020-2035, estima que la demanda anual de nueva vivienda de la capital es de 45 mil a 48 mil unidades, más del doble de lo que se produce actualmente.
Al respecto, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) observa que, la vivienda como derecho humano, debe cumplir siete aspectos: a) Seguridad jurídica de la tenencia; b) Disponibilidad de servicios, materiales, facilidades (o instalaciones) e infraestructura; c) Gastos soportables (accesibilidad); d) Habitabilidad; e) Asequibilidad; f) Lugar (ubicación), y g) Adecuación cultural.
Si se consideran estas directrices, en CMDX más de 88% de las viviendas (del total de 2.7 millones de viviendas) sí cuenta con los elementos señalados.
No obstante, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda reportó que en los últimos 30 años se ha acentuado la desigualdad con que se desarrolla el territorio de la ciudad. Entre los factores está que las centralidades se encuentran desarticuladas a nivel metropolitano, es decir, solo ciertos espacios concentran la mejor cobertura de bienes, servicios e inversiones. Mientras que la periferia en la zona sur-oriente se caracteriza por una movilidad desarticulada, asentamientos irregulares en suelo de conservación y poblaciones de bajos ingresos sin acceso a suelo, y vivienda bien localizados.
Con relación al espacio público, el proyecto de Programa General de Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México 2020-2035 sostiene que, en 2019, según el International Council of Shopping Centers (ICSC, 2019), había 23.5 millones de metros cuadrados de centros comerciales, mientras que de áreas verdes y centros deportivos en suelo urbano podían contabilizarse 67.3 millones de metros cuadrados. Es decir, 7.55 metros cuadrados por habitante.
Con información de La Prensa