Una de las grandes metas de ONU Hábitat es que exista un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora en las zonas más transitadas en todo el mundo para salvaguardar la vida y la salud de millones de personas al año.
Calles para la vida
Del 17 al 23 de mayo se celebró la Semana Mundial de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial, en la cual ONU Hábitat reitera una de las metas principales de las Naciones Unidas para salvaguardar la vida de las personas: que a nivel mundial las calles tengan límite de velocidad de 30 kilómetros por hora (km/h) en las zonas más transitadas. Por ello, ONU Hábitat ha exhortado a las autoridades de todos los países a formular políticas que establezcan este límite en las zonas “donde la gente camina, se relaciona y disfruta”.
Las calles con límites de velocidad bajos salvan vidas y son la esencia de cualquier comunidad. La limitación de la velocidad a 30 km/h (20 mph) en zonas donde se mezclan las personas y los automóviles contribuye a que las calles sean saludables, ecológicas y adecuadas para convivir; en otras palabras, calles para la vida”, informa el organismo.
Evitar accidentes y salvar a millones de personas
De acuerdo con información de la ONU, cada año mueren alrededor de 1.3 millones de personas en las carreteras de todo el mundo. Además, entre 20 y 50 millones de personas más padecen traumatismos no mortales a causa de los accidentes de tránsito, los cuales se han convertido en la principal causa de muerte de jóvenes de entre 15 y 29 años.
Según los datos más recientes del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), México es el séptimo lugar a nivel mundial y el tercero en Latinoamérica en muertes por siniestros viales, pues registra alrededor de 24 mil muertes por esta causa en promedio cada año. “Los siniestros viales constituyen la primera causa de muerte en jóvenes entre 5 y 29 años de edad y la quinta entre la población general”, señala el Instituto.
El futuro en sus manos
La Fundación MAPFRE publicó en 2018 el estudio “Velocidad y usuarios vulnerables en México”, en el cual explica que la velocidad excesiva “es especialmente peligrosa en las vías urbanas debido a la alta presencia de usuarios vulnerables como pueden ser peatones (sobre todo niños y personas mayores), ciclistas o motociclistas”. Señala asimismo que “la congestión de los núcleos urbanos y la convivencia de los peatones con el tráfico rodado hacen que respetar la velocidad sea especialmente importante para evitar atropellos. Se estima que una reducción del 1% en la velocidad media del tráfico conlleva una reducción del 2% de los accidentes con lesiones, del 3% de los accidentes con lesiones graves y de un 4% de los accidentes fatales”.
Si un automóvil circula a una velocidad de 50 km/h, el conductor va a requerir al menos 29 metros para poder detener el vehículo; si va a 40 km/h, serían necesarios aproximadamente 20 metros. Además, el informe alerta que los impactos de automóviles que van a más de 30 km/h incrementan la probabilidad de lesiones graves o de muerte y que a partir de 80 km/h es prácticamente imposible sobrevivir a un atropello. “A una velocidad de 30 km/h el riesgo de muerte del peatón que sufre un atropello se reduce entre el 5 y el 10%”, señala.
Estos son los números del exceso de velocidad en el país, de acuerdo con la información de la Fundación MAPFRE:
Con información de ONU-Hábitat, STConapra y Fundación MAPFRE