Del 2013 al 2021, en 17 estados se han registrado por lo menos casos de 50 menores de edad que cometieron el delito de feminicidio o la tentativa del mismo. Un reportaje publicado por El Universal informa que la información se obtuvo a través de solicitudes de información realizadas a todas las fiscalías y procuradurías estatales.
De los adolescentes (entre 13 y 17 años) que cometieron ese delito, sólo 23 recibieron una sentencia condenatoria. Es decir, 6 de cada 10 jóvenes feminicidas quedaron impunes y no pagaron su delito.
Debido a la edad de los infractores, las repercusiones legales en su contra no siempre consistieron en su internamiento en centros para adolescentes.
Sólo 9 de los adolescentes culpables fueron a prisión con penas de entre 2 a 5 años y algunos tuvieron que pagar una reparación del daño de 75 mil a 866 mil pesos.
En Nogales, Sonora, un menor de edad intentó asesinar a su madre en 2020 y la sentencia consistió en una amonestación, libertad asistida por 2 años y servicios a favor de la comunidad durante un año.
A otro joven en Monclova, Coahuila, se le indicó recibir tratamiento sicológico. En el resto de las fiscalías de los casos no se especificó cuál fue el castigo.
El artículo 155 de la Ley Nacional de Justicia Penal para Adolescentes establece 10 medidas de sanción no privativas de la libertad para los jóvenes que cometen un ilícito y otras tres que sí son restrictivas a la libertad, con un máximo de aplicación de cinco años.
Es en este caso un problema de múltiples dimensiones, pues si bien los adolescentes cometen el crimen, lo hacen como resultado de las múltiples violencias que padecen las mujeres a las que atacaron y ellos mismos. Una prueba más de que la violencia feminicida perjudica a las mujeres en lo específico y a la sociedad en lo general.
