Justo cuando el país presenta uno de los índices más altos de mortalidad, especialistas en infectología alertan al gobierno federal sobre el riesgo que representa quedarse sin un medicamento a nivel nacional que está siendo fundamental para el tratamiento del COVID-19: se llama tociluzimab, usado en pacientes con una condición grave por el nuevo coronavirus.
Este medicamento ya entró en desabasto y aunque permanece en la aduana de la Ciudad de México, no ha sido liberado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), de acuerdo con médicos destacados.
Exhorto a Cofepris la necesidad urgente de tratar vidas de mexicanos. Por la salud de los mexicanos, necesitamos que Cofepris permita la importación de tociluzimab”, lanzó de manera contundente y a través de un video Francisco Moreno Sánchez, médico internista e infectólogo, así como profesor de posgrado de medicina interna Centro Médico ABC.
Mostró artículos de la revista Internacional de Agentes Antimicrobianos que señalan que tocilizumab se ha convertido en un medicamento fundamental para el manejo de la tormenta de citocinas en la fase inflamatoria del COVID-19, así como evidencias recientes del beneficio del fármaco a partir de análisis que muestran las diferencias entre grupos de pacientes a los que les suministraron y a los que no el producto en la Unidad de Cuidados Intensivos.
En China e Italia también está probado el uso de tocilizumab en pacientes graves y los resultados ha sido favorables. Este fármaco fue creado en 1997 por laboratorios de Suiza y Japón. Se ha permitido su uso en Europa y Estados Unidos. El medicamento es usado como tratamiento para la artritis reumatoide —enfermos con ese padecimiento tampoco han podido surtir sus recetas— y en el caso del coronavirus serviría para atacar la inflamación.
En ese momento además se analiza la complementariedad que el tocilizumab podría tener con el remdesivir como tratamiento contra el virus del Covid-19.
Hugo López Gatell, subsecretario de Salud, reconoce que el tocilizumab fue evaluado en ensayos clínicos, donde participaron investigadores mexicanos como Gustavo Reyes Terán, coordinador de los institutos nacionales de salud, pero no han dado a conocer los resultados.