Uno de los compromisos que realizó el gobierno federal, fue que se reducirían las adjudicaciones directas en los contratos. Según había denunciado Andrés Manuel López Obrador durante su campaña, esta era la puerta para la corrupción.
Sin embargo, ya como presidente es una promesa que no ha cumplido. Por el contrario, las adjudicaciones han aumentado y las licitaciones están en su menor nivel en años.
El peor registro en años
Una investigación del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), reveló que al menos 4 de cada 10 pesos en compras públicas del 2019 corresponden a adjudicaciones directas.
Una revisión de contratos de Compranet hecha por el IMCO encontró que las compras públicas se ubicaron en 323,782 millones de pesos el año pasado, el 38.9% se llevaron a cabo sin licitación, mediante adjudicación directa. Un año antes la cifra fue de 34.9 por ciento.
Según el artículo 40 de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, las adjudicaciones deben utilizarse de manera excepcional. Es decir, debe estar fundamentada , además de aplicarse con honradez y transparencia.
Según la ley las licitaciones deben ser la excepción, no la regla. Por el contrario dice que son las licitaciones la mejor manera de contratar un servicio y asegurar imparcialidad, una mejor oferta entre otros beneficios.
Promesas de pasado
En su libro “2018. La salida”, Andrés Manuel López Obrador escribió que «es fundamental que exista acompañamiento y fiscalización ciudadana en las adquisiciones y contratos de obras y de servicios públicos» y, para las compras de gobierno, recomendó varias medidas, entre las que destacan «licitaciones abiertas y la vigilancia de la ciudadanía». La promesa no se ha cumplido.
Además, en su Plan Nacional de Desarrollo se establece «prohibir las adjudicaciones directas» como una de las medidas para el combate a la corrupción, así como la eliminación del tráfico del tráfico de influencias, el amiguismo y el compadrazgo.