Por Gabriela Rivera
@gabs_07
El confinamiento se ha convertido en un peligro para las personas de la tercera edad, las mujeres, y los niños y adolescentes que han sido víctima de violencia antes de que comenzara la pandemia por COVID-19 y el encierro forzoso.
De acuerdo con los datos de la Estadística nacional de llamadas de emergencia al número único 9-1-1, elaborado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a junio de este año se han recibido 33,641,365 llamadas de auxilio a este número.
De ese total, 4,797,997 de ellas están relacionadas con temas de violencia o maltrato hacia personas de la tercera edad, niños, adolescentes y mujeres. De hecho los primeros tres lugares los ocupan persona agresiva, persona sospechosa y violencia intrafamiliar.
“Además de las mujeres, quienes en este tiempo han buscado la apertura de espacios en donde las agresiones cometidas en su contra al interior de la casa han sido las más mencionadas por medios y autoridades, hay un importante número de segmentos de la población que también son víctimas de muchos tipos de violencia. En este caso, es importante mencionar a los niños, las niñas y adolescentes, personas mayores, personas de la comunidad LGBTQ y otros más”, señala el estudio El confinamiento como agravante de la violencia intrafamiliar.
El documento, elaborado por el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad señala que este número telefónico es lo ubico que tienen las víctimas para pedir apoyo a las autoridades, aunque esto no termina en una denuncia formal o el inicio de una carpeta de investigación.
En el caso de las mujeres, muchas de ellas han logrado ser atendidas y hasta salir de la casa de habitan con el agresor. Cifras de la Red Nacional de Refugios, AC. (RNR) señalan que entre marzo y junio han atendido a 14 mil 599 mujeres con sus hijas e hijos.
En los 69 refugios que tienen, han albergado a 21 mil 74 personas, lo que representa 71% más que las atendidas en el mismo lapso durante el año pasado. Además, la Red rescató a 32 mujeres y gauss hijos, quienes huyeron de su victimario, con quienes estuvieron confinadas todos estos meses.
Uno de estos caso fue el de Celia, a quien miembros de la Red rescataron en una tienda cercana a su casa, ya que la mujer originaria de Chiapas no sabía ni siquiera dónde vivía. El año pasado llegó al Estado de México con su pareja y su hijo de dos años, pero casi nunca salía a la calle.
Después de lograr comunicarse con los miembros de la Red, se organizó el rescate y Celia llegó a una tienda de abarrotes, donde los dueños le dieron la dirección a los miembros de la organización, quienes se identificaron como sus primos.
Después de unos cuantos minutos, el auto pasó por Celia y su hijo para llevarlos a uno de los refugios, donde ahora se recuperan del abuso que vivieron con el hombre que los sacó de su estado natal.
La violencia en contra de las mujeres se recrudeció con el encierro, ya que están encerradas en casa sin poder salir con su agresor. Si bien el caso de Celia es un logro para los grupos de atención a mujeres víctimas de violencia, existen otras miles que siguen en casa sin poder escapar.
De acuerdo con la investigadora Celine González Schont, que participa en el estudio del observatorio, las mujeres que han llamado al 911 tienen en promedio 29 años, aunque el rango de edad va de los 12 a los 89 años
“Dicha variación nos permite observar que dentro de un mismo grupo de vulnerabilidad como es el de las mujeres, se ubican niñas y ancianas. Entre los tipos de violencia reportados resaltan la psicológica, física y sexual y los perpetradores forman parte del núcleo familiar siendo la pareja, hijastro y/o hermanos”, dice González Shcont en el estudio.
La violencia intrafamiliar no solo afecta a las mujeres, de hecho, cuando ellas son víctimas de violencia en el hogar, hay niños, niñas y adolescentes que también sufren de abusos, violencia emociona, física, psicológica y hasta sexual, según los datos recabados por la UNICEF en los primeros meses de confinamiento.
Cifras del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia señalan que de abril a mayo se registraron dos mil 215 infantes que viven en situación de violencia en todo el país.
Sin embargo, el número es mucho mayor, ya que 46% de los hijos e hijas de mujeres que han pedido auxilio a la Red Nacional de Refugios también fueron víctimas de violencia durante el encierro obligatorio por la pandemia, y la cifra se recrudece cuando se encuentra que al menos 8% de los niños fueron víctimas de violencia sexual.
“Todo esto nuevamente evidencia que no todas las familias mexicanas son espacios de fraternidad”, refirió la Red en un comunicado emitido en julio pasado.
Mientras las historias de mujeres violentadas dentro de su hogar aumentan, el Presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que el hogar hay mucha fraternidad familiar.
“Sí, sí existe machismo, pero también mucha fraternidad familiar. La familia en México es excepcional, es el núcleo humano más fraterno, esto no se da en otras partes, lo digo con todo respeto. Entonces si queremos medir violencia familiar en México con los mimos parámetros de otras partes del mundo no aplica del todo”, dijo el mandatario también en julio pasado.
Pero para entonces las cifras iban en aumento y las llamadas de auxilio seguían en aumento.
Incluso en esa conferencia de prensa aseguró que los adultos mayores eran respetados y cuidados por las familias, como tradicionalmente se ha hecho en la sociedad mexicana, negándose a reconocer que los adultos mayores también son violentados y que durante la pandemia también son un grupo vulnerable.