El documental que está en boca de todos ha puesto el ojo en un modelo de estafa que se vale de la manipulación emocional.
El amor romántico y la manipulación
Netflix estrenó este año el documental “El Estafador de Tinder”, documental que relata un hecho real sobre el método que Simon Leviev, protagonista de esta historia, utilizó para estafar a decenas quizá cientos de mujeres durante veinte años para darse una vida de lujos y excesos.
En el filme participan tres de las víctimas de Shimon Hayut, nombre real de Leviev, quien salió de su país de origen, Israel, tras ser culpado de varios cargos por robo, falsificación y fraude. La adopción de su nuevo apellido no fue casualidad sino para afianzar su identidad como un supuesto magnate de la joyería al simular un parentesco con Lev Leviev, empresario multimillonario en el ramo.
Cecilie Fjellhøy, una de las víctimas que comparte su testimonio, brinda detalles de todo el proceso de seducción, manipulación y desfalco que vivió a manos de Leviev. Su método consistió en construir una base de confianza emocional a partir de la manipulación en diferentes dimensiones. Como lo narra Cecilie, la relación avanzó de forma rápida y natural, el hombre se mostró comprometido y dispuesto a un futuro en pareja, al tiempo que realizó un despliegue de recursos para demostrar que, además era un hombre adinerado.
En redes, el caso suscitó diversos análisis, sobre todo desde el enfoque feminista por tratarse de una realidad que viven miles de mujeres: la violencia y abuso psicológico.
No sólo sucede en Europa
En este sentido, mucho se ha comentado en redes sociales que el estafador no hubiera tenido éxito en Lationamérica. Sin embargo, este es un problema y conducta que pasa en diferentes niveles utilizando las mismas herramientas de abuso.
En México, la usuaria @Anapau_94 compartió su testimonio con el propósito de mostrar que el abuso puede ocurrir en distintos contextos y a diferentes niveles, es decir, no tiene que ser un escenario de iguales magnitudes para ejercer el engaño con el objetivo de aprovecharse del afecto y confianza en un vínculo afectivo.
Ana fue víctima de consentimiento manipulado, un concepto en el que se establece confianza para enganchar a la víctima y obtener de ella cierto tipo de beneficios, ya sea sexuales, económicos o emocionales. El cual da pie para poder ejercer diferentes tipos de violencias sin que las mujeres esté conscientes de ello.
“La manipulación del consentimiento para las relaciones sexoafectivas entre mujeres y hombres, es lo que llevó a las condiciones de robo y de estafa que les hicieron a esas mujeres”.
Olimpia Coral, activista y feminista.
El gancho para robarle dinero a Ana, fue fingir un estado grave de salud por contagio de Covid. En total, testifica la víctima, Eduardo consiguió que ella le diera más de 25 mil pesos.
“Me enamoré de él porque me demostraba cariño y sabía escuchar. Le interesaba hablar de violencia de género y se las daba de “aliado”. Incluso salía en un par de foros opinando como abogado sobre perspectiva de género en el canal de @JusticiaTV_MX de la @SCJN”.
“Repito que difundo esto para protegerme, desconozco a esta persona y de lo que sea capaz. Perder ese dinero no me afecta tanto como me afectaron sus engaños, porque ni siquiera sé si los descubrí todos. Ayúdenme a ver si engañó más morras con su RT y el #EstafadorDeBumble“.
Simon Leviev, está libre y no pudieron establecerse cargos por los delitos cometidos contra estas mujeres. Ellas por su parte, continúan pagando las grandes sumas que obtuvieron de bancos para costear los préstamos a Leviev.
¿Conoces una situación similar? ¿Qué opinión te merece este caso?