Autor: Alfredo González
Intereses externos, sobre todo de EU, la falta de pericia de funcionarios de la 4T y hasta la presencia de fuego amigo son factores que han agudizado la crisis de indocumentados centroamericanos en la frontera sur de nuestro país.
En el primer caso, el gobierno de México no tiene la menor duda de que actores políticos estadounidenses promueven y auspician las caravanas provenientes de Honduras, Guatemala y El Salvador.
Se reservan los nombres y organizaciones, pero les resulta sospechoso que la problemática crezca cada vez que Trump enfrenta una crisis.
Ayer arrancó en EU el juicio político (impeachment) por una investigación que inició en septiembre para indagar si el mandatario de cabello naranja buscó o no ayuda de Ucrania para aumentar sus posibilidades de reelección en 2020. Para funcionarios mexicanos este hecho requiere distractores, como una crisis migratoria. Y los gringos echan mano de esto para girar los reflectores a otro lado.
De este lado también hacemos nuestra parte. La crisis se agudizó desde 2019 con la implementación de una política fallida a cargo del entonces comisionado nacional de Migración, Tonatiuh Guillén.
Nadie pone en duda su experiencia, porque ha escrito más de 15 libros sobre el tema, pero su falta de experiencia en la administración pública no sólo fue un obstáculo, sino una poderosa razón de su fracaso.
Su falta de operación y coordinación con los tres órdenes de gobierno, sociedad civil y autoridades de otros países lo hizo tomar decisiones unilaterales, cuando se necesitaban consensos y coordinación.
Nunca entendió, o no quiso ver, el problema de la migración como lo que es: uno internacional. Desde la transición, en 2018, Guillén fue escéptico con el gobierno de EU.
Su inexperiencia lo llevó a cometer un gran error, pelearse y negarse a trabajar con el vecino del norte, parte del problema y de la solución de la crisis migratoria.
Nunca entendió de política y despreció un valor de la lealtad, pues aunque había sido removido del cargo, renunció cuando el canciller Marcelo Ebrard comparecía ante el Congreso por la crisis que él mismo atizó.
Por si fueran pocos los problemas que debe enfrentar el gobierno, ayer el presidente de la Cámara de Diputados, el también morenista Porfirio Muñoz Ledo, enfiló sus baterías contra la Guardia Nacional por el operativo para contener la caravana de inmigrantes.
Pero no es la primera vez que critica acciones de gobierno. Además de sus ataques permanentes hacia el canciller ahora la emprendió contra las fuerzas armadas. Y eso ni lo otro ayudan en nada a la 4T.
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Confirmó el abogado de Genaro García Luna lo que publicamos en este espacio el viernes pasado: el ex secretario de Seguridad Pública no busca negociar acuerdo de culpabilidad con EU.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: ¡Cría cuervos… y tendrás muchos!