El director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Abel Barrera, denunció que la Montaña de Guerrero enfrenta una grave situación de “abandono, discriminación y falta de oportunidades”, donde no hay recursos para que los más pobres puedan acceder a la educación.
Rezagos y carestías siguen sin atenderse
Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, en entrevista con La Jornada, explicó que las escuelas de las comunidades indígenas de la Montaña de Guerrero sufren rezagos y carestías que siguen sin atenderse. Explicó que en los municipios de Cochoapa el Grande, Metlatónoc, Acatepec y Alcozauca, “las instituciones educativas del nivel básico no dan cobertur”, además de presentar graves problemas como la escasez de personal, infraestructura y falta de apoyo para material didáctico.
“[La Montaña de Guerrero] vive una tragedia en materia educativa, no solo por la falta de maestros y escuelas, sino debido al abandono y a la pobreza, que obligan a los indígenas a emigrar a los campos agrícolas, donde la mayoría de las niñas y niños no pueden estudiar porque tienen que trabajar para ayudar a sus padres, lo que provoca un alto abandono escolar”, señaló Barrera.
Héctor Torres, dirigente de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg), coincide con Barrera y a su vez ha expuesto las carencias de los planteles educativos, así como la escasez de docentes, principalmente en la Montaña. Ante ello, Marcial Rodríguez, secretario de Educación del estado, señala que “hubo abandono durante varias décadas en materia educativa” e informó que “esta semana se van a entregar plazas a los normalistas egresados que presentaron examen; son alrededor de 500 nuevos maestros y esperamos que con esto se resuelva el problema”.
Las becas no son suficientes
Barrera explicó que el ciclo escolar que recién empezó ha sido muy costoso para las familias indígenas de la Montaña, pues la inflación ha elevado los costos de útiles y uniformes, además de los precios de la canasta básica, así como las medicinas, las cuales se siguen requiriendo “porque la gente sigue con las secuelas del COVID-19”. En este sentido explicó que las becas que brinda el gobierno a los estudiantes son un apoyo, pero no resultan suficientes para las familias con “dos o tres niños en la escuela y resulta muy oneroso el regreso a clases, más de lo que era antes de la pandemia”.
“A esto se suma la falta de corresponsabilidad de las autoridades educativas para garantizar la compra de materiales y los libros gratuitos; no ha habido inversión en infraestructura, a pesar del programa La Escuela es Nuestra; paradójicamente, hay lugares donde no hay planteles”, denunció el experto.
Barrera señala que la situación de la Montaña de Guerrero es deprimente y desquiciante en términos de abandono, discriminación y falta de oportunidades” y lamenta que más de 600 comunidades de la región estén prácticamente condenadas a sobrevivir a su suerte, con programas que “llegan a cuentagotas” y donde “la escuela queda en segundo término, por lo caro, que no permite el acceso realmente gratuito: ir a la escuela tiene un costo”.
Con información de La Jornada