¿Qué prefieres, arresto o cuidar perritos? Si te sorprenden infringiendo la Ley de Cultura Cívica en la Ciudad de México, tienes la opción de cambiar la sanción de multa o arresto por trabajo comunitario. En este caso, específicamente paseando perros en la Brigada de Vigilancia Animal.
Esta Brigada se dedica al rescate y cuidado de animales maltratados o abandonados en la CDMX, y desde el 31 de enero de 2022, firmó un convenio con la Dirección Ejecutiva de Justicia Cívica para permitir que los infractores puedan saldar sus multas participantes en esta actividad.
Bajo este acuerdo, diversas infracciones, desde las conocidas Fotocívicas por violaciones vehiculares hasta sanciones por beber en vía pública, pueden ser redimidas colaborando con la Brigada de Vigilancia Animal. Los infractores tienen la oportunidad de cambiar las horas de arresto impuestas por trabajo comunitario, lo cual es considerado como una modalidad de pago alternativa y opcional a la multa o prisión.
La decisión sobre la sanción y la elección de trabajo comunitario recae en el juez cívico y en la persona infractora, quien puede optar por esta opción en lugar de cumplir con la sanción original. Por ejemplo, en casos de conducir bajo los efectos del alcohol, donde la pena de arresto es de 12 horas, los infractores pueden reducir ese tiempo a solo 6 horas si aceptan participar en labores en beneficio de la comunidad a través de la Brigada de Vigilancia Animal.
Esta iniciativa busca fomentar la responsabilidad y conciencia cívica en los infractores, al tiempo que contribuya al bienestar y cuidado de los animales desamparados en la Ciudad de México, convirtiendolos en actores activos en la protección de los derechos de los animales y en la prevención del maltrato animal.
La “sanción” más solicitada
Casi 2 mil infractores de tránsito en la Ciudad de México han optado por cumplir su sanción realizando trabajo comunitario en la Brigada de Vigilancia Animal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. El programa ha permitido que mil 300 hombres y 609 mujeres con infracciones administrativas y fotocívicas por exceder los límites de velocidad, participen en labores de cuidado y atención a perros y gatos durante ocho horas cada viernes.
La iniciativa, acordada en conjunto con el Juez Cívico, ha resultado en un incremento significativo de participantes desde su inicio.
Según Letizia Varela, Directora General de la Brigada de Vigilancia Animal, “comenzábamos con solo tres o cuatro infractores cada viernes, pero ahora hemos llegado a recibir hasta 40 personas deseosas de cumplir su sanción a través del trabajo comunitario aquí”.
¿Qué se hace en los trabajos comunitarios?
Los infractores realizan diversas tareas en las instalaciones de la Brigada, ubicadas en la Ciénaga Grande de la Alcaldía Xochimilco. Estas labores incluyen pasear a los animales, lavar sus dormitorios y áreas comunes, pintar instalaciones, aprender sobre los derechos de los animales y comprometerse con su bienestar, con el objetivo de prevenir y erradicar el maltrato animal.
La decisión de implementar este programa de sanciones alternativas ha tenido un impacto positivo tanto en los infractores como en los animales. Desde el inicio del programa, en mayo de 2022, la Brigada ha experimentado un aumento constante en las solicitudes de trabajo comunitario, que oscila entre 108 y 147 infractores por mes.
Del trabajo comunitario a la adopción
Cada infractor que llega al lugar tiene multas que alcanzan hasta 30 horas de servicio, lo que lleva a varios de ellos a convivir con los perros y gatos durante varios viernes consecutivos. Esta experiencia ha conmovido a alrededor de 20 personas, quienes, después de cumplir con sus horas de servicio, han decidido adoptar algunos de los animales a los que cuidaron durante su sanción.
La iniciativa ha sido bien recibida tanto por la ciudadanía como por los infractores, quienes ven en esta opción una oportunidad para aprender sobre la importancia del respeto y la responsabilidad hacia los animales, fomentando la conciencia sobre el cuidado de los mismos.
Con esta experiencia exitosa, la Ciudad de México se destaca como un ejemplo de cómo el trabajo comunitario puede contribuir al bienestar de los animales y generar un cambio positivo en la sociedad, convirtiendo a los infractores en aliados de la causa animal.
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