El crimen organizado mantiene el control en Apatzingán y limoneros pagarán nuevas cuotas a los criminales para poder continuar con la producción.
¿Qué está pasando en Apatzingán?
La violencia ejercida por los grupos del crimen organizado contra productores limoneros continúa afectando la actividad citrícola en el municipio de Apatzingán, del estado de Michoacán.
Ante las amenazas y extorsiones de las cuales son víctimas productores y campesinos, los gobiernos federal y estatal implementaron desde hace un par de meses un operativo en el que se desplegaron una mayor cantidad de elementos de seguridad en la demarcación.
De acuerdo con las autoridades, este despliegue de fuerzas tenía como objetivo de resguardar la integridad de los productores de limón y sus trabajadores, además de detener las extorsiones. Sin embargo, los lugareños señalan que este operativo se trató tan solo de una “simulación” que no ha detenido al crimen, pues hasta la fecha continúan pagando cuotas a sus extorsionadores.
Limoneros aseguran “estar peor” que antes
El diario El Universal dialogó con algunos productores de limón de Apatzingán. Tal fue el caso de Luis Antonio, quien asegura que la situación en su municipio “está cada vez peor”. En este sentido, lamenta que los grupos criminales continúen extorsionándolos, y que además hayan establecido recientemente nuevas cuotas para los trabajadores del campo: un peso por cada kilo cortado y un peso extra por cada kilogramo comercializado en el empaque (“20 centavos más por kilo que lo que pagaban hace unos meses”, señala el diario).
“Haga de cuenta que al mismo kilo le están sacando dos pesos las mañas de aquí, los grupos del Valle de Apatzingán (…) Hay ciertas personas [empacadores] que ya nos conocen, que dicen: ‘a fulano hay que entregarle la cuota y hay que entregársela sin excepciones, ni réplica ni nada (…) Las extorsiones siguen todavía al día, oiga. La Asociación de Limoneros no vemos el apoyo del gobierno. O sea, nomás es como una simulación lo que está pasando”, cuenta Luis Antonio.
El Universal presentó también el testimonio de José María, un empacador de limón de Apatzingán que confirmó lo dicho por Luis Antonio: los empacadores son quienes entregan el dinero a los grupos criminales que se dedican a la extorsión. José María asegura que no tienen otra opción que hacer caso a las indicaciones de los delincuentes, pues son amenazados de muerte.
“Ya sabe a lo que se refieren ellos, lo desaparecen a uno: o pagas o cuello (…) Necesitan comprar armas, munición, para los amores que tienen ellos, para las bebidas, para sus fiestas. Hacen peleas de gallos, se chingan un millón de pesos, que al cabo al siguiente día lo emparejan [recuperan] con los productores”, lamenta José María.
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Con información de El Universal