Crimen organizado monta “banco” en Michoacán; ahí recauda dinero por extorsiones

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El crimen organizado en México ha alcanzado una nueva dimensión, y un ejemplo preocupante de ello se encuentra en el estado de Michoacán, donde la delincuencia ha extendido su control incluso a las actividades financieras. En al menos una comunidad, Texticuitzeo, una especie de sucursal bancaria operada por criminales ha surgido, representando un oscuro símbolo del poder que estas organizaciones han acumulado en la región.

La “administración” de Texticuitzeo

Texticuitzeo se considera la plaza de ropa más grande de México y se ubica en el kilómetro 45.3 de la carretera Morelia-Salamanca, en los límites entre Michoacán y Guanajuato. En este vasto centro comercial, más de 3 mil locales venden ropa económica fabricada por maquiladores mexicanos, atrayendo a miles de compradores de todo el país.

En medio de los cientos de locales de Texticuitzeo, destaca una construcción de dos pisos con la palabra ‘Administración’ en la fachada, pero de cerca, se revela como una especie de sucursal bancaria bajo el control del crimen organizado. Los criminales han construido este banco con ventanas y puertas blindadas, un circuito cerrado de videovigilancia y accesos con claves de seguridad a la zona de cajas, todo con el fin de obligar a los locatarios de la plaza a depositar las cuotas extorsionadas.

Un comerciante de la plaza, víctima de extorsión, relató: “Esas cajas, últimamente, las utilizaban para ir a pagar. Ahí cobraban todo. Hemos tenido amenazas de todo tipo. Muchos excompañeros míos, incluso, están desaparecidos”.

Extorsiones bajo violencia y desapariciones

Las víctimas de extorsión en Texticuitzeo han sufrido un abuso despiadado por parte de los criminales. Los pagos incluyen tarifas por vender marcas específicas, por tener una escalera en el local, por contar con bodega, por el estacionamiento y hasta por las placas de automóviles. Las extorsiones se realizaban bajo amenazas de violencia y desapariciones forzadas.

En julio pasado, autoridades de la Subsecretaría de Investigación Especializada de la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán, apoyados por militares y la unidad de combate al secuestro de la Fiscalía estatal, llevaron a cabo un operativo en el banco controlado por el crimen organizado. Durante la operación, se descubrieron armas y cientos de placas de automóviles.

Este operativo fue el primer intento de combatir la extorsión en Michoacán sin necesidad de una denuncia penal. En febrero pasado, los diputados locales reformaron la ley para equiparar el delito de extorsión al de secuestro y perseguirlo de oficio. La pena para los culpables se aumentó significativamente, pasando de 15 a 25 años de prisión.

José Alfredo Ortega, secretario de Seguridad Michoacán, destacó la importancia de esta reforma: “No es necesario que haya una denuncia… ¿Por qué? Porque la población no lo denunciaba, no lo denunciaba por temor”.

A pesar de estos esfuerzos, la plaza de Texticuitzeo continúa recibiendo a miles de compradores cada semana, con la mayoría de los locales en funcionamiento. Sin embargo, el banco y la administración controlados por la delincuencia organizada permanecen bajo resguardo, recordando que la lucha contra el crimen organizado en México es un desafío continuo y complejo.

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Con información de N+.

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