Antes de la 4T el Metro ya operaba en números rojos; aún así redujeron el presupuesto

Si bien los problemas con la operatividad del Metro no tienen sus orígenes con la llegada de AMLO al poder, el recorte presupuestario de la llamada “austeridad republicana” terminó por condenar un servicio irremplazable para los habitantes de la CDMX.

Siniestro tras siniestro y nadie hace nada

En los últimos 15 años, el Sistema de Transporte Colectivo Metro ha sido protagonista de percances que han pasado factura a las arcas públicas pero también han mermado la calidad de vida de sus usuarios. Recorridos que antes se presumían en minutos, ahora pueden llegar a más de una hora porque los trenes no funcionan.

A todos y todas nos ha pasado, permanecer 5, 10 o 45 minutos en un túnel esperando que se mueva el vagón, con calor, luchando contra la claustrofobia, con el cansancio, con los tocamientos o las “bolseadas”. Nos dan risa los videos en los que la gente se acomoda como sardinas, nos impresiona la cantidad de gente aglutinada durante horas pico en estaciones como Pantitlán, pero la realidad es que el Metro se ha estado cayendo a pedazos frente a las narices de las autoridades.

Ni dinero ni personal

Luego del incendio en la subestación eléctrica de Buen Tono, quedaron al descubierto (otra vez) los vicios de la dirección y operatividad del metro. La directora Florencia Serranía pasó a la historia de los escándalos de la burocracia mexicana al declarar en plena rueda de prensa “a ver, yo soy la directora general del Metro, solamente”. Con ello se deslindó de la responsabilidad de haberse nombrado, además de directora general, subdirectora de mantenimiento.

Cargo que, de acuerdo a una reunión previa, se reveló estuvo vacante por casi un año. Hasta que este 29 de abril llegó Nahum Leal Barroso, una semana antes de la tragedia vivida este lunes.

En un video que circula en redes, un trabajador del STC denuncia las condiciones en las que opera el Metro, aún con riesgo de “perder su empleo”.

¿Qué tiene que pasar? Un año sin personal, sin gerente de mantenimiento, lo nombran y esto pasa. Nos dicen que esto es un argumento político ¡por Dios! Son vidas humanas las que se perdieron. […] ¿Cuántos más tienen que morir?”

Jesús Urban, como aparece en Facebook, relata las denuncias que se han realizado desde hace mucho tiempo por parte del mismo personal y en específico las fallas en el desnivel en esa zona. Enumeró los negocios turbios dentro del sistema e hizo un llamado para quitar de su cargo a la directora Florencia Serranía y procesarla por las muertes provocadas.

Asimismo, reporta que no hay equipo ni iluminación en los limites de maniobra. Todos sabían que este asunto era cuestión de tiempo. En los reclamos señaló a Mario Delgado, quien estuvo a cargo de la Línea 12, por llevarse “mucho dinero” a su paso. Y sentencia con que privatizar no es la solución mientras siga la corrupción y el robo de recursos dentro.

Falta de presupuesto y la austeridad republicana

De acuerdo a un reportaje publicado por Sandra Romandía en Washington Post, se revela que el metro ha operado en números rojos desde 2018. Ese año se asignaron 19 mil 500 mdp, mientras que en 2021 bajó el presupuesto a 15 millones.

En 2017, especialistas advertían que al menos se necesitaban 30 mil millones de pesos para un funcionamiento aceptable. Si lo comparamos, es el doble del presupuesto que este 2021 se le destinó.

Además hay que tomar en cuenta también el subsidio que paga el gobierno, más el manejo opaco por parte del sindicato (fundado hace 50 años) de gran parte de esos recursos.

La infraestructura se descuidó, y las bases y la tecnología son casi las mismas con las que se inauguró. Cuenta con trenes que tienen 50 años prestando servicio, cuando fueron construidos para durar 25; grandes talleres donde se utilizan repuestos de viejos vagones, en lugar de adquirir piezas nuevas; y un centro de control que, como reveló La Silla Rota, a veces opera el seguimiento de las rutas con post-its sobre un tablero, porque se descompone el sistema de monitoreo electrónico.”

Los tiempos de espera entre vagones apenas son un pequeño inconveniente comparado con las fugas de agua, incendios, escaleras descompuestas, falta de limpieza, etc.

Los recortes presupuestales han sido una de las banderas de la 4T, bajo una promesa de hacer menos con más ha habido una disminución pareja e indiscriminada, sin prioridades y, sobre todo, sin redirigir el gasto. Por lo que existe una retención de enormes cantidades de dinero en todos los rubros sin tener claro qué se hará con todo ese “ahorro”.

La pandemia ha sido el ejemplo claro de que aún con el apretón de cinturón, la crisis económica que atraviesa el país está lejos de resolverse. Mientras tanto la pobreza recrudece y los pequeños negocios caen uno tras otro.

Con información de El Universal, Noticieros Televisa, Washington Post.

Recommended Posts