Política social en CDMX no ha combatido el rezago social

Existe una percepción errónea sobre la CDMX, que se piensa como una entidad en la que sus habitantes gozan de una buena calidad de vida.

Medición de la pobreza

La percepción generalizada que se tiene de la CDMX es de una entidad desarrollada en la que la mayoría de sus habitantes tiene acceso a condiciones de vida óptimas para desarrollarse.

Sin embargo, cuando se analiza de cerca, hay un sesgo que encuentra respaldo rápidamente en cifras como la medición de pobreza del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). En ella se pone de manifiesta que, en la capital del país, 3 de cada 10 habitantes viven en situación de pobreza (cerca de 3 millones de personas) y al 4.3 % en pobreza extrema (aproximadamente 396 000 personas). Cifras que colocan a la entidad en el lugar 20 del país en porcentaje de población con pobreza.

La importancia de observar la medición de pobreza al nivel primerio de la organización territorial, el municipio, permite apreciar a detalle la heterogeneidad en cuanto a las carencias sociales que se vive en cada municipio.

Las carencias sociales medibles de acuerdo al Coneval son: rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de vivienda, servicios básicos en vivienda, así como el acceso a la alimentación nutritiva y de calidad. Además, también se incluye el componente de ingreso: se considera bajo si es menor al costo de la canasta básica completa (línea de bienestar económico que incluye: alimentos, transporte, educación, salud, esparcimiento, bienes y servicios de consumo habitual); en tanto que se considera muy bajo si es menor al costo de la canasta básica alimentaria (línea de bienestar mínimo).

Cuando una persona tiene al menos una de esas carencias se considera que vive en situación de pobreza; si sufre tres o más es catalogada en condición de pobreza extrema.

Pobreza por alcaldía

En la alcaldía Milpa Alta es la que mayor población en situación de pobreza con 54.7 %, seguida de Xochimilco, 48.2 %; e Iztapalapa, 43.9 %. En cambio, las alcaldías con menor cantidad de pobreza son Benito Juárez, 7.9 %; Miguel Hidalgo, 13.5 %; y Cuauhtémoc, 20.9 %. Entre Milpa Alta y Benito Juárez se vislumbran dos realidades muy distintas a pesar que cada demarcación se encuentra una de la otra a tan sólo 20 kilómetros de distancia.

Ahora, en cuanto a las alcaldías con mayor número de habitantes en pobreza extrema son Xochimilco, 9.3 %; Milpa Alta, 9.2 %; y Tlalpan, 7.1 %. Por el contrario, Benito Juárez, 0.3 %; Miguel Hidalgo, 0.9 %; y Cuauhtémoc, 2.5 %; tienen muy poca población en esta situación.

Al profundizar en el análisis de cada carencia, aquellas con mayor rezago educativo (que no cuenta con educación básica obligatoria o no asiste a un centro de educación formal), son Magdalena Contreras con 11.2 %, seguida de Milpa Alta con 10.7 % e Iztapalapa con 10.2 %. En cambio, Benito Juárez, con 2.9 %; encabeza la lista de las alcaldías que menor población tienen con esta carencia, seguida por Miguel Hidalgo, 4.5 %; y Coyoacán, 5.6 %.

El acceso a los servicios de salud, mide que las personas cuenten con adscripción o derecho a recibir servicios médicos, es la carencia con menos desigualdad dentro de la capital ya que el acceso a servicios de salud es insuficiente en prácticamente todas las alcaldías. Las cifras demuestran que la cobertura universal en salud está lejos de ser una realidad en la Ciudad de México.

En lo que respecta al acceso a la seguridad social (que la población económicamente activa asalariada tenga todas y cada una de las prestaciones laborales), se trata de la carencia con mayor prevalencia en la Ciudad de México.

Al contrastarlo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, se muestra que en CDMX el 49.3 % de la población ocupada labora en el sector informal (aproximadamente 2 millones), lo que, en consecuencia, les impide tener acceso a un sistema de seguridad social. A nivel alcaldías, también existen diferencias notables, la demarcación que mayor porcentaje de su población tienen con esta carencia son Milpa Alta (71.6 %), Xochimilco (58.7 %) y Tláhuac (54.9 %), mientras que las que menos son Benito Juárez (32.6 %), seguida por Miguel Hidalgo (33.9 %) y Azcapotzalco (35.2 %).

La carencia que menor porcentaje de población es la de calidad y espacios de vivienda. Milpa Alta (11.6 %) es la alcaldía con mayor cantidad de personas que no cuentan con piso, paredes o techo de materiales sólidos o existe hacinamiento, seguida por Xochimilco (10.5 %) y Tlalpan (6.7 %). Por su parte, Benito Juárez (0.9 %), Miguel Hidalgo (2.2 %) y Coyoacán (3 %) son las que menor incidencia muestran.

Así mismo, en los hogares también se mide la carencia por servicios básicos como agua potable entubada, servicio de drenaje, energía eléctrica y estufa de gas. Milpa Alta con 20.3 % encabeza la lista, sigue Xochimilco (13 %) y Tlalpan (9.1 %). Mientras que en la Benito Juárez (0.1 %), Iztacalco (0.3 %) y Venustiano Carranza (0.4 %) prácticamente no existen viviendas en esta situación.

La carencia por alimentación y nutrición de calidad tiene una mayor presencia en Milpa Alta (23.9 %), Iztapalapa (20.3 %) y Tlalpan (6.7 %). En tanto que Benito Juárez (5.7 %), Miguel Hidalgo (8.3 %) y Venustiano Carranza (10.8 %) presentan muy poca población sin acceso a comida suficiente para llevar una vida activa y sana.

Desventajas para desarrollar una calidad de vida digna

Estas estadísticas constatan que la Ciudad de México tiene desigualdades muy marcadas entre el suroriente, con una gran cantidad de la población tiene carencias sociales que los colocan en desventaja para desarrollar su vida, y el norponiente, donde viven personas con mejores condiciones de vida que les permiten disfrutar sus derechos sociales a mayor plenitud.

Los focos rojos se centran en indicadores como la salud, la alimentación nutritiva y los servicios básicos en vivienda. A pesar de que la pobreza es un fenómeno multisectorial, se necesitan acciones diferenciadas desde los distintos niveles de gobierno para mejorar las condiciones de vida en las zonas más vulnerables, conforme a los distintos contextos que imponen las características específicas de cada alcaldía.

La política social a nivel alcaldía está repleta de intervenciones fragmentadas, duplicadas e insuficientes con un enfoque clientelista, por lo que no se cumpliendo los objetivos que persigue. Para ello se debe trascender las clásicas transferencias monetarias y entrega de bienes materiales que no han demostrado su eficacia para combatir las distintas carencias sociales que se viven en la capital del país.

Con información de Nexos.

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