¡Pasarán más de 580 años para que Tren Maya recupere la inversión!

Un ambicioso proyecto que enfrenta desafíos económicos monumentales

El Tren Maya, una de las obras emblemáticas del gobierno federal de México, ha estado bajo el escrutinio público desde sus primeros anuncios. Diseñado para recorrer cinco estados del sureste mexicano a lo largo de 1,554 kilómetros, este proyecto ambicioso se presentó como una solución para impulsar el turismo y la economía en una región históricamente marginada. Sin embargo, las cifras y estimaciones que rodean al Tren Maya plantean interrogantes cruciales sobre su viabilidad económica y el costo real que implica para el país.

En un esfuerzo por desentrañar los números detrás de esta megaobra de infraestructura, se han realizado cálculos exhaustivos. Considerando que los 42 trenes proyectados, cada uno con 219 vagones, operen a su máxima capacidad, podrían transportar a 19,208 pasajeros por día, entre sentados y de pie, con cada pasajero pagando una tarifa de 80 pesos. Esto se traduciría en impresionantes ingresos diarios de 1.5 millones de pesos. A primera vista, estos números parecen prometedores, pero deben ser evaluados dentro del contexto más amplio del proyecto.

Sobrecostos de la “obra de seguridad nacional”

El gobierno federal inicialmente estimó un costo total de 156 mil millones de pesos para la construcción del Tren Maya. Sin embargo, una revisión más reciente realizada por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) sugiere que la inversión real podría ser al menos 2.4 veces mayor, ascendiendo a un mínimo de 373 mil 699 millones de pesos. Este sorprendente sobrecosto, señalado por el IMCO, ha generado preocupación y cuestionamientos, ya que la información detallada sobre el proyecto se ha mantenido reservada, bajo la justificación de ser una “obra de seguridad nacional”.

Para poner en perspectiva la magnitud de la inversión actual del Tren Maya, es necesario considerar que, hasta la fecha de estos cálculos, el gobierno federal ya había gastado aproximadamente más de 329 mil millones de pesos en el proyecto. En términos simples, se requerirían aproximadamente 214,334 viajes a plena capacidad y con la tarifa máxima para igualar la inversión original, lo que equivaldría a un asombroso período de 587 años. Estos cálculos, aunque simplificados, ilustran la magnitud del desafío económico que representa el Tren Maya.

Sin embargo, el debate en torno al Tren Maya no se limita únicamente a cifras y presupuestos. Para Diego Prieto Hernández, Director General del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el proyecto no se trata simplemente de números, sino de “recuperación de la memoria y la grandeza de la civilización maya”. Prieto argumenta que la obra busca revalorizar la herencia cultural y histórica de la región, más allá de consideraciones económicas.

A pesar de los números desafiantes y el debate persistente sobre la inversión, el Tren Maya continúa su construcción, dejando abiertas preguntas sobre su impacto a largo plazo en la economía, el medio ambiente y la identidad cultural de la región. Mientras tanto, el proyecto sigue siendo un ejemplo emblemático de la tensión entre desarrollo económico y conservación cultural en el México contemporáneo, y una muestra de que el éxito de este ambicioso proyecto aún está por verse.

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