El último informe sobre la Línea 12 que entregó la empresa noruega DNV señala como causas de la tragedia los problemas de diseño y errores en la construcción, la mala supervisión de la obra y la falta de mantenimiento, factores atribuibles a los gobiernos de Ebrard, Mancera y Sheinbaum.
El informe que molestó a la jefa de Gobierno
El tercer informe de la empresa noruega Det Norske Veritas (DNV) sobre el desplome de la Línea 12 del Metro de Ciudad de México señala como causas de la tragedia a los problemas en el diseño y la supervisión de la obra, además de fallas en las inspecciones y en el mantenimiento de la infraestructura, pues se permitió que operara pese a no estar en las condiciones óptimas para ello. El diario español El País tuvo acceso al documento, el cual no ha querido hacer público la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, al calificarlo de “tendencioso” e incluso presentó una demanda civil contra DNV por su contenido.
Pese a la molestia de la mandataria capitalina, una cosa es cierta: el informe asegura que, si se hubieran atendido a cabalidad todos esos problemas, se “habría evitado el colapso del tramo elevado”. Sin embargo, hasta el momento el gobierno de la Ciudad de México “no acepta ni reconoce” el contenido del informe, el cual pone el foco en hechos de los que serían responsables las administraciones de Marcelo Ebrard (2006-2012), Miguel Ángel Mancera (2012-2018) y Claudia Sheinbaum (2018-presente).
Cuatro “barreras”
DNV señala en su informe que existen cuatro barreras o factores que pudieron incidir en la prevención de las causas inmediatas del accidente y evitar que terminara de forma tan trágica. La primera barrera fue que el diseño no se ceñía a las especificaciones estadounidenses para la construcción de puentes, que son un estándar de referencia a nivel mundial. En segundo lugar, apunta que faltó que un ente independiente certificara las obras de ingeniería civil y señala que hubo una deficiente supervisión de la construcción.
En tercer lugar, el informe de DNV señala que otra barrera fue la inadecuada instalación de pernos en la obra, la cual tuvo como consecuencia que se comprometiera la integridad de la estructura. Finalmente, la cuarta barrera fue la falta de inspecciones y mantenimiento de la obra, ya que no existe un registro de que se hubieran realizado inspecciones desde octubre de 2012 hasta 2019, a pesar de que así lo requería el manual de mantenimiento: “DNV no recibió datos de dichas inspecciones entre 2012 y 2019 y no parece que dichas inspecciones se hubieran realizado”.
Con información de El País
