400 mil mexicanos más en pobreza extrema y 30 millones sin servicios de salud
La situación de la pobreza en México ha tomado un giro preocupante, con un incremento notable en la pobreza extrema y una carencia cada vez más aguda de acceso a servicios de salud para un gran número de personas. Los datos más recientes proporcionados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) revelan un panorama inquietante que demanda una atención urgente por parte de las autoridades y la sociedad en general.
En el análisis de la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza sobre los nuevos datos de Coneval se concluye que es conveniente evitar el triunfalismo, pues la condición de pobreza crónica de la población indígena y los niveles de pobreza en niñas, niños y jóvenes son preocupantes y tienen efecto de mayor duración.
El estido revela que el aumento de la pobreza extrema ha llamado la atención, con un incremento de 400,000 personas que se encuentran ahora en esta situación. En 2018, había 8.7 millones de personas en pobreza extrema, lo que equivalía al 7% de la población. Sin embargo, esta cifra ha aumentado a 9.1 millones en 2022, representando un preocupante 7.1% de la población total. Estos datos subrayan la necesidad de abordar las causas fundamentales que perpetúan esta forma extrema de pobreza.
Por otro lado, la carencia de acceso a servicios de salud ha alcanzado niveles alarmantes. En un período de cuatro años, esta carencia se ha duplicado, pasando del 16% en 2018 al 39% en 2022. Esto significa que más de 30 millones de personas carecen de acceso a servicios de salud esenciales para su bienestar y calidad de vida. Este incremento drástico revela un sistema de salud con fallas significativas que deben ser atendidas de manera inmediata para garantizar el bienestar de la población.
La disminución en el acceso al Seguro Popular, que en 2018 tenía 52.1 millones de afiliados y ahora apenas cuenta con 17.4 millones de afiliados al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) o al IMSS Bienestar, refleja la vulnerabilidad de un gran número de personas que quedan desprotegidas en términos de salud y atención médica.
La persistente falta de acceso a servicios de salud tiene un impacto desproporcionado en las poblaciones más vulnerables, incluyendo a las personas indígenas y aquellos en situaciones de pobreza crónica. Para la población indígena, el acceso a servicios de salud es aún más precario, con un incremento en la carencia de acceso a servicios de salud del 15% en 2018 al 57% en 2022. Esta falta de acceso a servicios de salud está directamente relacionada con la persistente pobreza y las carencias que enfrenta esta comunidad.
El panorama actual demanda una acción inmediata y coordinada para abordar tanto el aumento de la pobreza extrema como la carencia de acceso a servicios de salud. México debe enfocar sus esfuerzos en implementar políticas y programas que garanticen un acceso equitativo a servicios de salud de calidad y promuevan la generación de oportunidades económicas para todas las personas. La atención integral de estas problemáticas es crucial para construir un futuro más justo y próspero para todos los ciudadanos.
Propuestas de mejora
Desde la sociedad civil, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza presenta propuestas para obtener mayores resultados:
- Finalizar la recuperación gradual del salario mínimo general, para que, en 2024, sea suficiente para cubrir el costo de dos canastas básicas.
- Compromiso de las empresas, principalmente las grandes y medianas, para lograr ingreso digno, empezando con nóminas libres de pobreza, nadie con salario menor a 8,600 al mes.
- Política laboral de diálogo social para la concertación de acuerdos para romper el estancamiento salarial y mejorar la productividad.
- Crear la infraestructura de servicios de cuidados para niñas y niños, escuelas de tiempo completo y espacios de cuidado para personas enfermas, con discapacidad y adultas mayores, que permita la inclusión económica de las mujeres.
- Reformular el programa Jóvenes Construyendo el Futuro para crear una política integral de empleabilidad.
El hecho de que haya disminuido la proporción de personas en pobreza siempre será buena noticia; sin embargo, es preciso reconocer que aún falta mucho por hacer desde las distintas esferas de gobierno, sector privado y sociedad civil.
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