El impacto de las medallistas afroecuatorianas en Tokio 2020

Neisi Dajomes y Tamara Salazar son mujeres ecuatorianas levantadoras de pesas ganadoras de medallas para Ecuador en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Ambas se convirtieron en las dos únicas mujeres medallistas olímpicas del Ecuador luego de sus participaciones en la disciplina de levantamiento de pesas de 76 kg y 87 kg, respectivamente. Dajomes consiguió la medalla de oro y Tamara, la de plata.

La dos mujeres, compitieron con un colorido pañuelo, cintillo o turbante que recogía su pelo rizado que ha sido visto en Ecuador como un símbolo para reivindicar el éxito de las mujeres negras.

Paola Cabezas, la única mujer afroecuatoriana en la Asamblea Nacional dijo a BBC Mundo que el tema del cintillo va más allá de una cuestión estética, pues se incluye en lo que ella llama una discriminación sistémica.

Muchas mujeres afroecuatorianas no son aceptadas en su trabajo porque el afro es considerado antiestético, sucio y sinónimo de pobreza.

“El sistema excluye a las personas negras, las empuja a sectores donde no hay agua, donde no hay luz, donde no hay acceso de transporte; las mujeres afroecuatorianas tienden a vivir en sectores urbano-marginales y -con la pandemia- son las que más se han quedado sin un empleo adecuado”.

Ecuador tiene entre un 7% y un 10% de población afrodescendiente. Esto representa entre 1 y 2 millones de personas afroecuatorianas. A esta cifra tienen que sumarse las distintas variaciones étnicas que derivan de lo considerado como mulato y que se manifiesta en características fenotípicas muy presentes en gran parte de un país dominado por el mestizaje entre lo indígena, negro y blanco.

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