En una dura realidad que no puede ser ignorada, la economía mexicana ha experimentado un crecimiento que, desafortunadamente, no ha logrado erradicar la pobreza en el país. Los datos revelan una situación alarmante en los estados de Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas.
En estas regiones, menos de la cuarta parte de las personas con empleo formal logran obtener un salario digno, representando tan solo el 23% de la población laboral. Estas cifras son preocupantes y reflejan la necesidad urgente de implementar medidas efectivas para abordar este problema social.
Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, una organización comprometida con la lucha contra la pobreza en México, ha elaborado un diagnóstico detallado sobre las condiciones laborales en cada uno de estos estados. Su informe, conocido como la Escala del Trabajo Digno, revela que la pobreza se ha mantenido estancada durante muchos años, y una de las principales causas es el sistema laboral, incluso en los trabajos formales.
Los datos son contundentes: en los estados mencionados, 5.8 millones de personas se encuentran excluidas del trabajo, mientras que la misma cantidad, 5.8 millones, se ven obligadas a realizar trabajos informales. Esta situación genera una doble precariedad, ya que estas personas trabajan sin protección social ni derechos laborales, además de no percibir salarios suficientes para superar el umbral de la pobreza.
En el caso de los trabajadores formales, la realidad no es mucho mejor. De los 7.4 millones de personas empleadas en la formalidad, aproximadamente 2.1 millones, es decir, tres de cada diez, no reciben un salario suficiente para superar el umbral de la pobreza. Estos trabajadores, que representan el 29% de los empleados formales, ganan menos de 8,600 pesos al mes, lo cual no les permite adquirir ni siquiera dos canastas básicas para cubrir sus necesidades fundamentales.
La situación de las mujeres en estos estados también es alarmante. De las personas excluidas del trabajo, 4.2 millones son mujeres que realizan labores de cuidado en el hogar sin remuneración. Esto significa que más del 90% de las personas que se ven imposibilitadas de buscar empleo debido a estas responsabilidades son mujeres. Esta inequidad de género debe ser abordada de manera urgente, ya que limita la participación económica y perpetúa la desigualdad.
La falta de empleo adecuado también se refleja en el desempleo oculto, donde 1.2 millones de personas necesitan trabajo pero no lo han buscado recientemente, así como en las 404 mil personas desocupadas. Es evidente que las cifras oficiales sobre el desempleo en México no reflejan la realidad de manera precisa, y es necesario abordar este problema con seriedad y transparencia.
Acción Ciudadana Frente a la Pobreza propone diversas medidas para enfrentar esta crisis. Entre ellas, se destaca la necesidad de garantizar nóminas libres de pobreza, donde las empresas, especialmente las grandes y medianas, se comprometan a pagar salarios dignos, respetando los derechos laborales de sus empleados. Además, se plantea la implementación de un sistema de cuidados que promueva la participación de las mujeres en la fuerza laboral y un programa de empleabilidad dirigido a los jóvenes.
Según el diagnóstico realizado por Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, la pobreza se ha estancado en la región norte de México durante muchos años, y su principal causa está arraigada en el sistema laboral, incluso en los trabajos formales. Estos datos ponen de manifiesto una situación preocupante que afecta a millones de personas y cuestiona la capacidad del país para generar un desarrollo equitativo.
En estos diez estados que concentran una Población Económicamente Activa de 14.5 millones de personas, únicamente el 23% de las personas con trabajo formal perciben salarios dignos. Esto significa que menos de la cuarta parte de la población económicamente activa en estos estados tiene ingresos suficientes para superar el umbral de pobreza.
Es importante destacar que el trabajo informal no solo se traduce en la falta de protección social y derechos laborales, sino también en salarios insuficientes para superar el umbral de pobreza. De las 5.8 millones de personas con trabajos informales en la región norte, el 58% de ellas no ganan lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas.
Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, enfatizó que es necesario romper con la “maldición de los salarios de pobreza” y reconocer que el trabajo no es una mercancía, sino un derecho humano fundamental que debe ser protegido.
En la búsqueda de una sociedad más equitativa y próspera, es crucial que se tomen acciones concretas para superar la precariedad laboral y erradicar la pobreza en la región norte y en todo México. La economía debe crecer de manera inclusiva, garantizando salarios dignos y protección social para todos los trabajadores. Solo así se podrá construir un futuro más justo y próspero para el país.
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