Nuevo régimen simplificado de confianza: la controversia

El nuevo régimen simplificado de confianza ha causado gran controversia desde que se presentó la miscelánea fiscal 2022. ¿Realmente afecta a los contribuyentes?

¿Qué es el nuevo Régimen Simplificado de Confianza?

El nuevo Régimen Simplificado de Confianza (Resico), los ajustes al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para bebidas alcohólicas y la obligación de contadores de denunciar delitos fiscales han sido temas muy cuestionados por contribuyentes y especialistas desde que se dio a conocer la nueva miscelánea fiscal, cuya fecha límite para ser aprobada por los legisladores es el 31 de octubre. 

Este nuevo esquema fiscal, que entraría en vigor el próximo año para sustituir al Régimen de Incorporación Fiscal (RIF), tiene como objetivo que incremente un 30% la cantidad de contribuyentes, es decir, conseguir 10 millones más de contribuyentes en el país. Para lograrlo, a través del nuevo régimen simplificado de confianza los impuestos de los contribuyentes de menores ingresos se calcularían automáticamente y sus declaraciones estarían programadas.

¿A quienes beneficia? De acuerdo con el SAT, la idea es que los contribuyentes de menores ingresos terminen pagando menos impuestos. Para los contribuyentes en los regímenes de actividad empresarial, Régimen de Incorporación Fiscal, arrendamiento y de actividades agrícolas, pesqueras, ganaderas y silvícolas habría un tope de ISR según su tope de ingresos anuales, que sería el siguiente:

Cálculo del ISR para personas físicas, de acuerdo con el Resico

La controversia

Según un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), “la autoridad hacendaria está apostando a la captación de contribuyentes, en lugar de apostar por el monto de impuestos pagado por cada uno. Sin duda este régimen buscará que se opte por declarar ordenadamente dada la baja carga tributaria que representará para ellos y permitirá reducir la evasión y elusión fiscales”. Sin embargo, a pesar de la intención de obtener mayores ingresos tributarios, la medida ha sido cuestionada por algunos especialistas, organizaciones y empresas. Entre los argumentos en contra, están que las personas físicas con actividad empresarial pagarían menos impuestos que los asalariados y que las tendrán una mayor carga adiministrativa.

“La simplificación fiscal anunciada se queda, en el mejor de los casos, en estos contribuyentes del régimen de confianza que tributarán en un sistema de flujo de efectivo. Para el resto de las empresas medianas o grandes, la carga administrativa se incrementa notablemente, lo cual generará un mayor costo de cumplimiento para los contribuyentes”, apuntó la Cámara Internacional de Comercio sobre la medida.

Con información de Expansión, Experto PYME