Inicia un mayo violento, síntoma del fracaso de la estrategia de seguridad

homicidios 38 personas

La estrategia de seguridad del presidente ha fracasado en poner freno a la violencia y todo apunta a que continuará sin la capacidad necesaria para disminuir el número de homicidios dolosos en el país.

Domingo negro

El mes de mayo comenzó con la mayor prueba del fracaso de la estrategia de seguridad de la Cuarta Transformación: 112 personas fueron asesinadas, lo que lo convirtió en el sexto día más violento de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador. Desde el 31 de octubre de 2021, cuando hubo 106 homicidios dolosos, el país no había registrado 100 asesinatos diarios.

Solamente en nueve entidades no ocurrió algún homicidio doloso, pero en las otras 22, la sangre y la violencia marcaron la jornada, principalmente en seis entidades, las más peligrosas del país: el Estado de México, donde se registraron 16 homicidios dolosos; Guanajuato, con 15; Michoacán, con 11; Jalisco, con ocho; y Puebla y Chihuahua, con siete asesinatos en cada uno.

Con 112 personas asesinadas el pasado domingo, mayo inició con una cifra récord de homicidios dolosos, la más alta que se ha registrado en un día este 2022 y la sexta jornada con más casos en lo que va del sexenio.

Esta realidad, de jornadas violentas e incontenibles enfrentamientos entre grupos de crimen organizado, está llevando al sexenio del presidente López Obrador a rebasar las cifras de homicidios dolosos que se registraron en las administraciones de sus antecesores. El pasado 28 de abril, con 120,499 asesinatos, el gobierno de AMLO superó la cifra total de homicidios dolosos registrados en la administración de Felipe Calderón, cuando se registró un total de 120,463 casos.

Actualmente, la administración de López Obrado se encuentra a 37 mil asesinatos de rebasar la cifra total de Enrique Peña Nieto, la cual podría superar en 2023, mucho antes de que termine su mandato, para convertirse en el sexenio más sangriento de la historia del país.

Estrategia fallida

De acuerdo con los resultados de la encuesta nacional que realizó El Financiero para el mes de abril, donde se consultó a los encuestados cómo evalúan los resultados del gobierno, la cifra más negativa fue la del manejo de la seguridad pública, sobre la cual solo un 22% expresó una opinión positiva, mientras que un apabullante 63% tiene una percepción negativa sobre el trabajo que se ha llevado a cabo en este rubro, la cifra más alta desde abril de 2021. Además, los resultados revelan también que los ciudadanos ven a la inseguridad pública como el principal problema del país, con un 46%, frente a un 25% que señala que son la economía y el desempleo y un 6% que opina que la salud y el covid.

La violencia crece mientras el presidente defiende a capa y espada su estrategia basada en el principio “abrazos, no balazos” y en el supuesto combate a las raíces del problema, como la desigualdad, la marginación y la falta de valores morales en la sociedad. Atacar las causas que generan y exacerban la violencia es una parte importante para detener la expansión de las organizaciones criminales y evitar que las juventudes más vulnerables sean caldo de cultivo para el crimen organizado, pero esto no se logra con subsidios efímeros para las poblaciones marginadas, sino con una economía fortalecida que garantice oportunidades reales para los jóvenes, que permita su inserción laboral y la movilidad social.

Además, debe acompañarse de un sistema de justicia robusto y capaz de garantizar que no habrá impunidad, de centros penitenciarios que contribuyan a la reinserción social, del fortalecimiento de las fuerzas de seguridad para combatir al crimen, de la confianza de la ciudadanía en las instituciones de seguridad y de un trabajo eficiente y efectivo por parte de estas últimas.

No obstante, como apunta el analista Raymundo Riva Palacio en su columna “El fracaso del Presidente”, la “ignorancia, la soberbia y los prejuicios de López Obrador y su equipo los hundieron todavía más. Públicamente, el Presidente se mantiene firme en su estrategia y reta a quien lo critica de que la mantendrá, aunque se burlen de él”.

Lamentablemente, sin una visión autocrítica y sin cambios en una estrategia que ha demostrado a todas luces ser fallida, no será posible lograr la meta de reducir la violencia en el país y muy probablemente seguiremos viviendo jornadas negras como la del pasado domingo 1 de mayo, el inicio de un mes que podría ser uno de los más violentos para el país.

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