#CartasDeUnCiudadano: Fideicomisos… análisis post mortem de un universitario

Conacyt-Fideicomisos-CER-Sello

Por Sebastián Jaimes Garfias

Twitter:  @Sebastian_JG16

Dos de los ejes principales de la campaña presidencial del licenciado López fueron la promesa de austeridad y la promesa de la lucha contra la corrupción. Austeridad y no más corrupción así nada más. Hoy esa austeridad y esa lucha contra la corrupción de las que se hablaba, se manifiestan a través de la extinción de 109 fideicomisos con los que se estima que el gobierno federal obtendrá alrededor de 68 mil 400 millones de pesos para destinarlos al tratamiento de las crisis económica y sanitaria actuales.


¿Cuáles son algunos de estos fideicomisos ahora extintos? Entre la amplia lista, figuran fideicomisos para Fondos científicos, tecnológicos, de innovación, deporte, cine, prevención de desastres naturales, investigación, educación, protección a derechos y energía, entre otros.

Como siempre y como en todo, hubo detractores y partidarios al respecto de estas medidas. Sin embargo, más allá de las significaciones e implicaciones de esto, resulta preocupante voltear a ver la manera en que se llevó a cabo la propuesta desde el punto de vista democrático.

Esta propuesta de extinción, vino desde arriba, desde el ejecutivo.

En ese sentido, es responsabilidad y deber del legislativo entonces, analizar de manera minuciosa la proposición. Pareciera que no fue así, al tener el partido del ejecutivo la amplia mayoría en este poder, fue aprobado el decreto sin hesitar.

El contrapeso estructural que se supone representa el poder legislativo, brilló por su ausencia en esta ocasión.

En términos literariamente hiperbólicos, se podría decir que hicieron cumplir la voluntad del ejecutivo.

Regresando ahora a las dependencias y organismos afectados, se puede decir que un porcentaje importante de los recursos con los que operaban, les ha dejado de fluir de manera casi abrupta.

Esto afecta de manera directa a investigadores, artistas y estudiantes que se encuentran en una suerte de limbo incierto en donde verdaderamente no saben si podrán seguir con sus respectivos trabajos, proyectos o estudios.

Lo anterior es lamentable porque parte importante de los ingredientes que necesita México para progresar, son precisamente mentes creativas e innovadoras en diversos ámbitos que, a través de su trabajo, solucionen problemas, ofrezcan diagnósticos de situaciones complejas o simplemente expresen sentimientos y los manifiesten a través del arte. Todos estos ingredientes son los que hacen grande a un país.

Ojalá que dentro de todo, se cumplan los objetivos de tratamiento de crisis a corto plazo, que verdaderamente se identifiquen y se sellen las coladeras por donde se dice se desvían algunos de estos recursos y que sobre todo, regresen de una forma u otra los recursos necesarios con los que las grandes mentes de nuestro país construyen una mejor realidad
para todos los mexicanos.

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