Caso Cuatitlán | ¿Qué hago si mi hijo sufre acoso escolar?, ¿cómo denunciarlo?

golpean maestra de Cuatitlán izcalli

Recientemente se hizo viral un video en el que una pareja, padres de un alumno, golpean, encañonan y amenazan de muerte a una maestra de preescolar en Cuatitlán Izcalli. Sus actos violentos tuvieron como fundamento el hecho de que su hijo de tres años presentó una marca color café en su cuerpo, lo que parecía una quemada. El video causó gran indignación a nivel nacional y aunque las autoridades ya iniciaron las investigaciones correspondientes y detuvieron a los agresores, aún no se sabe si el menor fue víctima de maltrato escolar.

Si bien el maltrato escolar es una situación que viven muchos niños en nuestro país, es necesario que los padres o tutores conozcan cuál es el protocolo a seguir en dicha situación. Esto les brindará herramientas para su prevención, detección y denuncia. Por ello, en Ciudadanos en Red te decimos qué hacer si sospechas que tu hijo sufre maltrato en su escuela en el Estado de México.

¿Qué es el maltrato escolar?

De acuerdo con la Secretaría de Educación del Estado de México, el maltrato escolar se define como “el uso de la fuerza o poder a través de la violencia física, psicológica/emocional y/o negligencia u omisión que ejerza cualquier trabajador al servicio de la educación hacia los alumnos”.

Por ello, en vez de recurrir a la violencia, las autoridades escolares han creado un protocolo de atención al maltrato, con el que podrás prevenir, detectar y denunciar el maltrato escolar.

¿Cómo saber si mi hijo sufre maltrato escolar?

Lo primero en la lista es saber detectar el maltrato escolar. De esta manera, las autoridades educativas piden que el personal docente y directivo deberá estar alerta y observar la conducta de las niñas, niños y adolescentes considerando, que cada cambio puede ser señal de que algo le está sucediendo y requiere atención.

Asimismo, comparte la siguiente guía para identificar factores de riesgo de maltrato escolar:

Indicadores de riesgo de maltrato

  • Temor de ir al baño.
  • Temor o nerviosismo ante la presencia de una persona en concreto (generador de violencia).
  • Cambios notorios en los hábitos alimentarios (por exceso o disminución).
  • Crisis de llanto sin explicación.
  • Sensibilidad extrema. (Irritabilidad, agresividad, llantos repentinos, indiferencia entre otros).
  • Dificultades en la integración al grupo de iguales.
  • Negarse a ir o permanecer en la escuela.
  • Enuresis (emisión repetida de orina de manera involuntaria durante el día o la noche).
  • Encopresis (defecación involuntaria que sobreviene a una niña o niño mayor de 4 años).
  • Tendencia a aislarse.
  • Fugas del hogar.
  • Manifestaciones auto-agresivas de distinto tipo (cortarse, golpearse, onicofagia, ponerse en situaciones de riesgo físico, arrancarse el cabello, rascarse hasta sangrar y causarse otras lesiones serias que comprometan su salud).
  • Trastornos del sueño (terrores nocturnos, insomnio, pesadillas, sonambulismo, bruxismo).
  • Malestares físicos constantes (dolor de estómago, vómito, dolor de cabeza, náuseas).
  • Deserción escolar.
  • Cambios en los hábitos de higiene (suciedad, desaliño, despeinado entre otros)
  • Desinterés de las actividades vinculadas al aprendizaje y a la escuela.
  • Evasión de la participación en juegos o actividades grupales.
  • Negativa repentina a participar en actividades escolares.
  • Descenso brusco del rendimiento escolar.
  • Cambios bruscos en su estado de ánimo.
  • Uso y abuso de sustancias nocivas para la salud.
  • Periodos de ausentismo marcados, repentino o repetitivos.
  • Autopercepción desvalorizada y empobrecida.
  • Presenta sentimientos de vergüenza y culpa y evita el contacto visual.
  • Cautela o rechazo al contacto físico con adultos en la escuela.
  • Sometimiento ante pares y adultos.
  • Aprensión ante el llanto de otros niños o niñas.
  • Conductas extremas (agresividad o rechazos extremos en acercamiento con otros niños, niñas o adultos).
  • Conductas no “esperadas” o difíciles de comprender para quién observa.
  • Temor manifiesto a sus padres, madres o tutores o adultos en casa (expresión de angustia al llegar o finalizar la jornada e irse de la escuela).
  • Supuestos golpes o accidentes fortuitos para justificar las marcas en el cuerpo.
  • Negativa sin motivo a participar en actividades escolares

¿Cómo actúo si mi hijo sufre maltrato escolar?

En caso de que se detecte una posible situación de maltrato en una escuela pública o privada de educación básica, se llevarán a cabo acciones de actuación siguiendo las recomendaciones que se detallan a continuación:

  • Notificar inmediatamente a la dirección de la escuela.
  • Separar provisionalmente de la atención frente a grupo o contacto con menores de edad y/o de la función que desempeñe al presunto responsable, de manera preventiva en forma temporal a efecto de salvaguardar la integridad de las niñas, niños o adolescentes.
  • Implementar las medidas necesarias para cubrir la función que desempeñaba el presunto responsable y determinar las actividades que desempeñaba en tanto se deslinden responsabilidades.
  • Implementar medidas que garanticen la actividad psicoemocional del alumno a través de la supervisión constante de las actividades que realice al interior del plantel.
  • Informar inmediatamente al padre, madre o tutor de la niña, niño o adolescente afectado y vincularle con el Consejo para la Convivencia Escolar la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños, Adolescentes del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de México, a efecto de que reciban atención.
  • La autoridad inmediata superior en coordinación con sus superiores, deberá tomar las medidas necesarias para cubrir la función que desempeñaba el presunto responsable y determinar las actividades que realizará en tanto se deslinden responsabilidades.
  • Elaborar el acta de hechos debidamente requisitada, evitando interrogar o entrevistar a niñas, niños y adolescentes para la redacción del Acta y escucharlos en la exposición de los hechos.
  • Informar inmediatamente y por escrito a la Contraloría Interna de la Secretaría de Educación y a la Subdirección Regional respectiva, anexando copia del Acta de Hechos y documentales con las que se cuente para determinar las responsabilidades legales correspondientes.
  • Colaborar con la instancia correspondiente en la elaboración del diagnóstico sobre la vulneración de los derechos de niñas, niños y adolescentes.
  • Integrar expediente y en su caso ordenar su archivo cuando se encuentre concluido.

¿Por qué es grave manifestar violencia frente a los niños?

Los actos de violencia de los padres con terceros pueden tener un impacto significativo y negativo en los niños. Los niños son especialmente vulnerables y sensibles a su entorno. Por esta razón, presenciar o ser testigos de actos violentos pueden generar una serie de repercusiones emocionales, cognitivas y de comportamiento. Algunas de las repercusiones comunes incluyen:

  • Miedo y ansiedad: Los niños que presencian actos violentos pueden desarrollar miedo y ansiedad, tanto por su seguridad como por la de sus seres queridos. Pueden sentirse inseguros y temer que la violencia también les alcance a ellos.
  • Trauma emocional: La exposición a la violencia puede causar un trauma emocional en los niños. Pueden experimentar sentimientos de confusión, tristeza, ira o culpa. Además, pueden tener pesadillas y dificultades para conciliar el sueño.
  • Desarrollo de patrones de comportamiento violento: Los niños pueden aprender que la violencia es una forma aceptable de resolver conflictos o de expresar emociones negativas. Esto puede llevarles a desarrollar comportamientos agresivos o violentos en sus interacciones sociales y relaciones futuras.
  • Dificultades en las relaciones interpersonales: Los niños expuestos a la violencia pueden tener dificultades para establecer relaciones saludables con sus compañeros, maestros y familiares. Pueden tener problemas para confiar en los demás y desarrollar amistades significativas.
  • Baja autoestima: Los niños que presencian violencia pueden sentirse culpables o responsables de la situación. Esto puede afectar su autoestima y autoconcepto de manera negativa.
  • Ciclo de violencia: Existe la posibilidad de que los niños que crecen en un entorno violento sean más propensos a perpetuar el ciclo de violencia en su vida adulta, ya sea como víctimas o como perpetradores.

Es importante abordar estos problemas de manera adecuada y proporcionar el apoyo y la orientación necesarios a los niños que han sido expuestos a actos de violencia. La intervención temprana, el acceso a recursos de apoyo y la creación de ambientes seguros y afectuosos son cruciales para reducir los efectos negativos y ayudar a los niños a desarrollar una vida sana y equilibrada.

Si necesitas más información al respecto o bien, orientación en temas de acoso escolar y abuso sexual en la escuela puedes consultar este enlace.

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