Especialistas señalan que la medida del presidente López Obrador ha puesto en riesgo la calidad educativa y el bienestar de las y los estudiantes
Hace unos días, un maestro de Nayarit de educación básica denunció a través de un video la precaria situación de sus alumnos, pues muchos solo comen tortilla con sal y limón. El educador preguntó a 28 de sus alumnos qué almorzaron antes de ir a la escuela y la mayoría respondió que solo comieron tortilla con algún derivado.
El video que fue grabado en la región del Nayar, en el estado de Nayarit, retrata el testimonio de los menores quienes señalan que solo ingieren durante todo el día tortilla con sal, con limón o con chile. Luego les volvió a preguntar qué comían cuando existía el programa Escuelas de Tiempo Completo. En respuesta, los niños y niñas indicaron que comían arroz con leche, sopa, sardina, atún, entre otras cosas.
“(Con este programa) los niños comieron muy a gusto y aseguraban una comida al día”, dijo el maestro. Finalmente, el profesor instó a las autoridades de Nayarit a implementar nuevamente el programa Escuelas de Tiempo Completo.
De acuerdo con Unicef, en México, 1 de cada 8 niños y niñas menores de 5 años presentan una talla baja para su edad. Lamentablemente en México los hogares de bajos recursos y los hogares indígenas, sin importar el estado en el que se encuentren, son los más propensos a la desnutrición infantil.
Los niños, niñas y adolescentes de los estados del sur del país tienen alrededor del doble de probabilidades de tener bajo peso o talla para su edad, y esta diferencia también se presenta al comparar las zonas rurales con las urbanas.
En medio de la implementación de su plan de austeridad y con el argumento de que había una corrupción, que no ha sido comprobada, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha decretado la desaparición de las escuelas de tiempo completo, generando preocupación y críticas por parte de expertos en el ámbito educativo.
Estas escuelas, que ofrecían una jornada extendida y brindan servicios como alimentación, actividades extracurriculares y apoyo académico, han sido reconocidas como una estrategia eficaz para mejorar la calidad educativa y combatir la desigualdad social. Sin embargo, el gobierno actual considera que representan un gasto innecesario y poco eficiente.
Ante esta medida, diversos expertos en educación han expresado su preocupación por las consecuencias que ha acarreado para los estudiantes y el sistema educativo en general. Según ellos, la desaparición de las escuelas de tiempo completo implica un retroceso en los avances logrados en materia de educación y una merma en el bienestar de los alumnos.
La Dra. Laura Hernández, especialista en políticas educativas, señala que “estas escuelas desempeñaban un papel fundamental en el desarrollo integral de los estudiantes, brindando no solo educación de calidad, sino también alimentación adecuada, espacios seguros y actividades enriquecedoras que contribuyen a su formación integral”. Además, destacó que la medida afecta principalmente a aquellos alumnos provenientes de entornos desfavorecidos, quienes dependen de estas escuelas para acceder a servicios básicos y complementarios.
Por su parte, el Dr. Roberto Gómez, experto en equidad educativa, advierte que la desaparición de las escuelas de tiempo completo ha profundizado las brechas de desigualdad. “Estas escuelas han sido una herramienta efectiva para reducir la desigualdad educativa, ya que brindan oportunidades y recursos adicionales a los estudiantes que más lo necesitan. Al eliminarlas, se limita el acceso a una educación de calidad para aquellos que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad”, enfatiza.
Además, varios docentes han expresado su preocupación por la falta de consulta y diálogo por parte del gobierno en la toma de esta decisión. La maestra María Fernández comenta: “Nos preocupa que se haya tomado esta determinación sin tener en cuenta la opinión y experiencia de los profesionales de la educación. Las escuelas de tiempo completo habían sido un espacio de apoyo y formación para los estudiantes, y su desaparición implica una pérdida significativa para el sistema educativo”.
Ante las críticas y preocupaciones planteadas por expertos y docentes, López Obrador no sólo no ha mostrado signos de revisar su decisión o plantear una alternativa, sino que ha considere que la cancelación de la medida no ha tenido impacto negativo que podría tener en la calidad educativa y el desarrollo de los estudiantes.
El ejercicio realizado por el profesor de Nayarit demuestra lo contrario a lo dicho por el Jefe del Ejecutivo quien se ha negado sistemáticamente a escuchar a la comunidad educativa y la sociedad que han hecho múltiples llamados a priorizar la inversión en la educación como una herramienta fundamental para el crecimiento y el futuro del país.
