La reciente impresión de nuevos libros de texto de la SEP en México ha desencadenado una polémica en torno a la implementación de la Nueva Escuela Mexicana, un proyecto educativo ideado desde perspectivas más cercanas a la ideología del gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador. A medida que el país se prepara para el inicio del nuevo ciclo escolar 2023-2024, que inicia el 28 de agosto, las discusiones se centran en el contenido de los libros y la transformación educativa en marcha.
Las medidas tomadas por el gobierno para la distribución de los nuevos ejemplares escolares no han estado exentas de controversia. A pesar de la oposición de diversos grupos que presentaron recursos judiciales para detener su impresión, la Secretaría de Educación Pública decidió seguir adelante con el plan, desatendiendo las solicitudes de revisión previa por parte de los tribunales.
El debate sobre los libros de texto no se limita a su contenido, sino que se enmarca en un intento más amplio de reformar la educación en el país con la Nueva Escuela Mexicana. Para analizar el trasfondo de esta controversia, EL PAÍS ha convocado a tres académicos: Catalina Inclán Espinosa y Ana Laura Gallardo, investigadoras del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y Manuel Gil Antón , sociólogo especializado en Educación del Colegio de México (Colmex) y esto fue lo que dijeron.
Cambio en la estrategia educativa
Manuel Gil Antón señaló que el cambio propuesto en la educación mexicana implica una transición de un enfoque basado en asignaturas hacia un enfoque educativo más activo y comprensivo. La intención es que el conocimiento se desarrolle de manera más efectiva al observar materias interrelacionadas en lugar de conceptos separados. Este cambio representa una estrategia ambiciosa que busca modificar la estructura educativa del país.
“Si vamos al 2022, cuando se anuncia el nuevo marco curricular, se veía venir que la propuesta era modificar la estructura del plan de estudios de una modalidad basada en asignaturas hacia una educación más activa. Y en la estrategia pedagógica y, me atrevería a decir epistemológica, en términos de cómo entrarle a la comprensión, si entender explicando o explicar comprendiendo”, detalló Gil Antón.
“La expectativa es que el conocimiento prospere de mejor manera que si lo vemos en materias separadas. Es ambicioso. Es lo que estaba reservado a un sector muy privilegiado que podía enviar a sus hijos a ese tipo de escuelas. Estamos ante un cambio en la estrategia educativa del país”, continuó.
La Nueva Escuela Mexicana
Catalina Inclán Espinosa sostuvo que el proyecto educativo no se limita a los nuevos libros de texto, sino que se remonta a la propuesta de cambio presentada por el actual gobierno desde sus inicios. La Nueva Escuela Mexicana se concibe como un intento de mover las estructuras y principios educativos, buscando transformar las coordenadas de la educación nacional y replantear la vinculación entre la educación y la sociedad.
Por su parte, Ana Laura Gallardo contextualizó el cambio educativo en México a lo largo de la historia. Desde la fundación del sistema educativo en el siglo XIX hasta las reformas más recientes, ha habido un desplazamiento de enfoques. La Nueva Escuela Mexicana, con su énfasis en la participación activa de los estudiantes y la eliminación de una educación basada en directrices hegemónicas, desafía paradigmas arraigados y causa revuelo.
“Había una visión específica de cómo debía ser de la educación, una visión desarrollista de ir cubriendo ciertos aspectos o demandas que la sociedad mexicana planteaba. Esa forma de pensar la educación ya mostró sus límites y llegamos al punto máximo. Hay un agotamiento de esa lógica, que permite generar una coyuntura como la actual. Eso llevó a ir explorando otras posiciones que luego adquirieron condensación. Me refiero a la Nueva Escuela Mexicana. Esto causa tanto escozor porque evidentemente es un desplazamiento de esa clase que dominaba, tanto de académicos como las editoriales”, dijo Ana Laura Gallardo.
“Lo que causa tanto revuelo es el desplazamiento de la lógica hegemónica que se tenía sobre la educación. Estas clases sentían la potestad de decir qué era lo que el pueblo tenía que aprender y quitar ese poder lleva a estos niveles de histeria colectiva. He notado mucho miedo a un cambio. Pero hicimos lo mismo durante los últimos 100 años y no funcionó. Seguimos haciendo lo mismo pensando que algo va a cambiar”, señaló la experta.
Desafíos y oportunidades en torno a libros de texto
Aunque la implementación de la Nueva Escuela Mexicana y los nuevos libros de texto enfrentan críticas y desafíos, Manuel Gil Antón sugirió que existe un intento genuino de crear un sistema educativo propio del país, alejado de las directrices impuestas por organismos internacionales. Sin embargo, reconoció que la prisa en la ejecución del programa y la falta de tiempo para su preparación podrían afectar los resultados.
Ana Laura Gallardo hizo hincapié en que el cambio es necesario, dado el agotamiento de las lógicas educativas previas, y aunque se oponen resistencias y miedos al cambio, es imperativo explorar nuevas posibilidades.
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Con información de El País.