Ya estoy harto. Esta es la tercera vez que escribo respecto a los contagios y desafortunadas defunciones por Covid-19. Es increíble e inaceptable que los casos sigan aumentando. Algo estamos haciendo muy mal y mi intuición me dice que después de Navidad y Año Nuevo, a mediados de enero y principios de febrero, se va a presentar un repunte importante de casos y contagios.
Es fácil evadir responsabilidades, señalar, echar culpas.
Y demás acusaciones que se leen, dicen y escuchan en la calle, en los medios y en las redes sociales; sin embargo, si bien las autoridades tienen una responsabilidad importante y considerable en el desenlace y manejo de la pandemia, no nos podemos olvidar de las irresponsabilidades de la sociedad que son las que al final del día terminan perjudicando a la sociedad misma. No nos hagamos tontos, esto también es culpa nuestra.
Cuando salimos a la calle vemos ya mucha normalidad, vemos que hay personas que no utilizan el cubreboca o lo utilizan mal, vemos grandes aglomeraciones en plazas y centros comerciales, vemos a gente que no mantiene una sana distancia, vemos locales que operan a capacidades más altas de las permitidas, vemos reuniones, fiestas y salidas innecesarias que ponen en riesgo a quienes participan en ellas, vemos una actitud de indiferencia en muchas personas, “estamos hartos y cansados, queremos salir”, se justifican.
El gobierno desde un principio dijo que, a diferencia de otros países, no aplicaría medidas coercitivas como toques de queda, cierres de locales y comercios y el uso obligatorio de cubrebocas para frenar la velocidad de los contagios, dijo que se encargaría de emitir recomendaciones (que muchas autoridades no siguen) y dijo que se dedicaría a informar la situación al respecto en las conferencias nocturnas. Medidas a la altura de una sociedad consciente, razonable e inteligente. Hemos demostrado no estar a la altura de estos adjetivos. Esto nos hace preguntarnos: ¿debe actuar entonces el Estado como si fuera un padre y prohibirnos hacer cosas? ¿debemos esperar a que el Estado resuelva todo?
Es una lástima que, ante la decisión del gobierno de no intervenir de una forma coercitiva en el asunto, o en su defecto su incompetencia, la sociedad, los ciudadanos hayamos optado por tomarnos el asunto a la ligera. Los casos, las muertes y las actitudes de la gente en la calle lo demuestran. Sí, ya estamos hartos, tenemos que salir, trabajar, despejarnos; nadie dice que no lo podamos hacer, no obstante, si vamos a hacerlo, hay que hacerlo bien, a la altura de las circunstancias, acatando las mediadas y recomendaciones, cuidándonos y cuidando a otros.
Entendiendo lo anterior, quizá se reduzcan los casos y las muertes. Demostremos que somos adultos, que papá gobierno no nos tiene que tratar como niñitos y que no nos tiene que encerrar para frenar contagios, que podemos estar a la altura de las circunstancias.