Por Sebastián Jaimes Garfias
Twitter: @Sebastian_JG16
Tras casi un año del inicio de esta pandemia, se deslumbra uno de los primeros atisbos de esperanza. Esta semana se vacunaron en Inglaterra las primeras personas que no formaron parte de las fases de experimentación de la vacuna de diversas farmacéuticas; es decir, ya terminaron las fases de prueba y ensayo de las vacunas y ya están listas para ser distribuidas a la población.
Desde los primeros días de la pandemia diversas autoridades del gobierno mexicano anunciaron que llevarían a cabo contratos y colaboraciones con los principales desarrolladores de la vacuna para adquirirlas, producirlas aquí en México y, más importantemente, iniciar a la par de otros países la vacunación a la población. Nuestro tiempo de espera y los esfuerzos de algunas instancias del gobierno han rendido frutos al haber sido anunciado esta semana el esquema de vacunación universal en México. Buenas noticias para todos; sin embargo, el tiempo de aplicación será largo (es natural que sea así dada la estructura poblacional del país), los últimos en ser vacunados, según esta proyección, lo serán a mediados de 2022.
Todavía hay mucho tiempo por delante.
Si bien ya se asoma una luz al final de este tormentoso túnel, no podemos ignorar la alarmante situación por la que en estos instantes atraviesan varias entidades, entre ellas la Ciudad de México. Los casos y desafortunadas muertes siguen en estos momentos al alza, la ocupación hospitalaria está a punto de rebasar el 65% de capacidad establecido como límite para pasar a semáforo rojo.
¡Estamos al límite!
Que se haya dejado pasar tanto tiempo en semáforo naranja hasta los máximos permitidos, habla del otro problema que enfrentamos los mexicanos en el aspecto económico: a pesar de estar al borde de otro escenario catastrófico por saturación hospitalaria, no se puede parar la actividad económica diaria de la que dependen miles de familias en todo el país; necesitan salir a trabajar, a comprar y a vender. En ese sentido, debemos reestructurar estas esferas económicas.
En el futuro, de llegar a surgir otra pandemia, ¿pasará lo mismo que pasa hoy en el país?
Hemos pasado muchos momentos difíciles y siendo realistas, todavía faltan otros tantos. De momento, reitero mi invitación a seguir cuidándonos. Seamos responsables, salgamos solo cuando sea estrictamente necesario y al hacerlo, sigamos todas las medidas de prevención: cubreboca, sana distancia, gel antibacterial y no tocarse cara, nariz y ojos.
Cuidémonos y cuidemos a otros.
