Las horas más oscuras
Nos acercamos a días difíciles, mejor dicho, a los días más difíciles de esta dura temporada.
Las dificultades van a presentarse en tres planos: salud, finanzas y economía.
En materia de salud, la semana pasada, cuando se anunció la extensión del confinamiento general del país para el 31 de mayo, también se dijo que el pico de nuevos contagios llegaría hacia el 8 al 10 de mayo.
Supongamos que el pronóstico del modelo de las autoridades sanitarias es correcto y que el número de casos diarios sigue creciendo a una tasa semejante a la registrada en promedio en los primeros 19 días de abril.
En ese caso, para el 10 de mayo registraríamos en México aproximadamente 75 mil 800 casos acumulados de la pandemia.
Si la tasa de mortalidad se mantuviera constante en los niveles del 18 de abril, de 8.3 por ciento, entonces, el número de fallecimientos habría llegado a 6 mil 290 personas.
El problema es que solo en lo que llevamos de abril, la tasa de mortandad pasó de 2.4 a 8.3 por ciento. Ello confirma que hay un gran subregistro de casos.
Sobre la base del factor de expansión del ‘modelo Centinela’ empleado por la Secretaría de Salud, el número real de casos en México sería superior a 600 mil casos.
La búsqueda insistente de ventiladores por parte del gobierno federal e instituciones de seguridad social tiene una explicación. Se sabe que la demanda de atención de cuidados intensivos ante el panorama de estos números va a superar la capacidad instalada.
Y, todo ello aun considerando que, en efecto, a partir del 10 de mayo hay una curva decreciente de nuevos contagios.
Algunas otras estimaciones, como el modelo SIR logístico (un estándar en curvas epidémicas) que aplica el área de Estudios Económicos de BBVA, establece que se llegaría al máximo en la tercera semana de mayo y por lo tanto los casos serían superiores.
Las cifras son discutibles, pero de lo que podemos estar seguros es que vienen las semanas más difíciles en materia de salud.
En materia financiera, la semana pasada concluyó con la reducción de las calificaciones de los bonos soberanos por parte de Moody’s y de la pérdida del grado de inversión en los bonos de Pemex.
No está claro aún en qué medida este cambio afectará a la cotización del peso frente al dólar y en qué medida ya estaba descontado.
El viernes, la noticia se conoció prácticamente al cierre de mercados, por lo que será hasta el día de hoy cuando podremos observar el efecto.
Aunque esperado, el ajuste es sin duda mala noticia para las finanzas públicas, que se agrega al panorama ya complejo y con una elevada dosis de incertidumbre.
En términos económicos, el monitoreo de variables sensibles que realiza Citibanamex indica que los resultados de la actividad económica han empeorado al corte del 15 de abril.
En la medida que vayamos conociendo información más abundante respecto al mes de abril se podrá valorar el impacto del confinamiento, que seguramente será muy grande en las variables productivas.
De las pocas informaciones actualizadas que existen están las de movilidad, que reflejan una caída de 68 por ciento en el tráfico de vehículos en la Ciudad de México y de 83 por ciento en los pasajeros del transporte público, al viernes pasado, caídas respecto al 13 de enero.
Casi todo el impacto del descenso ocurrió en abril, por lo que será hasta que veamos las cifras del mes que podremos tener una idea más clara del impacto económico.
Solo le recuerdo que mientras en las últimas dos semanas de marzo hubo una pérdida de 11 mil empleos formales al día en promedio, en los primeros 6 de abril, los únicos que reveló la autoridad, el ritmo de la caída fue de 25 mil personas diarias.
Serán los que vienen, días muy complicados.
Que no nos tomen por sorpresa.