Las lecciones que nos deja Karen Espíndola

10 mujeres son asesinadas al día en México. Sin importar si Karen mintió o no sobre su secuestro, la violencia contra la mujer es un hecho indiscutible.

Mientras en redes sociales la gente y las autoridades se volcaban a buscar a Karen, la familia de Cintya Gabriela Moreno lloraba por su pérdida. Había sido reportada como desaparecida el 30 de noviembre, su cuerpo fue localizado en la cajuela de un taxi

En Matehuala, San Luis Potosí, las autoridades detenían al presunto feminicida de Ana Citlali Castillo. Ella fue violada y posteriormente asesinada. El probable responsable es su primo Bernardo.

Durante todo el miércoles 4 de diciembre, en Twitter se posicionaron los hashtags en los que la gente compartía información y su opinión sobre la desaparición de Karen Espíndola.

Cuando por la noche se reveló que probablemente no estaba desaparecida, sino en un bar, la gente se sintió defraudada. Comenzaron los ataques contra ella, no la bajaron de irresponsable, alcohólica y hasta se burlaron de su físico.

Sin embargo, cabe destacar que la reacción de la ciudadanía fue ejemplar. Las protestas de los últimos días contra la violencia machista, permearon en la sociedad y se preocuparon por la posible desaparición de una ciudadana

La sociedad debe siempre actuar así, unida por el bien común, unida para localizar a la mujer desaparecida, al niño robado, un mejor gobierno. No podemos darnos el lujo de ser apáticos. Karen está bien y con su familia.

Algunos dirán que esta historia es como la de Pedro y el Lobo, pero esto no es del todo correcto. El villano, el lobo, sí tiene una cara y un nombre, la violencia machista. En cambio, Pedro, no es una sola persona, son miles de rostros, miles de mujeres que cuando griten auxilio, debemos acudir a ayudarlas, a ayudarnos.

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