La cadena productiva de Pemex está a punto de reventar. La miseria de Octavio Romero y Marcos Herrería fue tal, que entre 8 mil y 10 mil trabajadores perderán su empleo en las próximas semanas.
Son obreros de decenas de contratistas que ya no pueden ser sostenidos más porque la empresa improductiva del Estado no pagó deudas, pero sí implementó ajustes que implican suspensión de contratos.
Las medidas no solo echarán a la calle a cientos de empleados que habían reactivado plazas como Ciudad del Carmen y Villahermosa, sino que las empresas para las que trabajan se irán a la quiebra.
De la noche a la mañana Romero y Herrería, los pupilos del presidente Andrés Manuel López Obrador, cortaron gran parte de los servicios que se requieren en instalaciones marinas.
De manera unilateral suspendieron 60 embarcaciones. La afectación es para TMM de José Serrano, MexMar de Alfredo Miguel Bejos, N. Bourbon de Gerardo Sánchez Shultz y Marinsa de José Luis Zavala.
Asimismo, apunte a Naviera Integral de Juan Pablo Vega, Técnicas Marítimas de Tomás Milmo, Micoperi de Fabio Bartolloti, Hydra Marine de Mario Solache y Tide Water de Juan Ignacio Seara.
En servicios de mantenimiento el golpe alcanza a Typhoon de Benjamín Salinas, Diavaz de Luis Vázquez, Evya de Fausto Miranda, Demar de Dennis Chow y Grupo R de Ramiro Garza.
Pemex también ya notificó la suspensión de 15 contratos para plataformas de extracción de petróleo en la Sonda de Campeche. De 43 estructuras con que cerró mayo se quedará con 28 para diciembre.
Cinco pertenecen a la china COSL que preside Dong Tienjun, tres son de Seadrill de John Fredriksen, dos de Perforadora Central de Patricio Álvarez Morphy y dos de Goimar de Humberto Issasi.
La lista continúa con una de Perforadora Latina de Adolfo del Valle Ruiz y tres más de Perforadora México, de Germán Larrea, que incluso ya informó a Pemex que tras esa rescisión se irá irremediablemente a quiebra.
El desorden de Chano y Chon (así de plano les dicen ya a Romero y a Herrería) provocó semanas atrás que Banorte se levantara de la mesa, agarrara todas sus canicas y dejara colgando a contratistas.
Y es que Pemex les neutralizó el cobro de decenas de facturas de factoraje, generando ya un daño patrimonial al banco de Carlos Hank. No se descarta que otras instituciones sigan el mismo camino.
Muchos afectados tienen préstamos o emisiones de deuda pública alentados por los planes de la 4T. Esos mismos registran cuentas por cobrar del orden de los 400 millones de dólares.
Halliburton, que preside Jeff Miller, es otro al que no le pagan. Recién le decía que está minimizando operaciones en México. Su responsable aquí, Hermes Aguirre, ya notificó cierres de oficinas.