#Reportaje: 2.9 millones de jóvenes desempleados (pero con ganas de trabajar)

Por Gabriela Rivera

@gabs_07

Los jóvenes han sido los más afectados en el campo laboral durante la pandemia: hay más de 2.9 millones de jóvenes desempleados y con capacidades de trabajar; y siete cada 10 han sido despedidos en estos nueve meses de crisis sanitaria.

Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) señalan que la cifra se incrementa a 3.8 millones si se toman en cuenta a los estudiantes entre 18 y 29 años, que también tienen la capacidad de incorporarse al mercado laboral.

“La situación anterior refleja mayores dificultades de la población en edad adulta para incorporarse al mercado laboral ante la reducción de las oportunidades de empleo derivadas de la contingencia sanitaria, en tanto que los jóvenes, muestran un desaliento abandonando la búsqueda de trabajo esperando mejores condiciones para insertarse en el mercado laboral”, dice la encuesta elaborada por el INEGI.

Esa es la situación de Eduardo, quien tiene 22 años y se quedó sin trabajo al principio de la pandemia, luego de que la tienda de ropa y tenis en la que trabajaba despidiera al personal por el confinamiento obligatorio. 

Hace cuatro años salió de la preparatoria y aplicó el examen para entrar a la UNAM y al Politécnico sin éxito. Mientras tanto, se ha dedicado a trabajar: ya fue paseador de perros, guardia de seguridad y vendedor en distintas tiendas y centros comerciales. 

“Es el trabajo en el que menos pagan, pero el más flexible y de lo que más hay. Pero con la pandemia cerraron todo y nos corrieron a todos, sé que en los últimos meses volvieron a contratar gente, pero para ir hasta metro Barranca tengo que usar tres transportes distintos y los contagios están duros”, dice Eduardo.

El temor del joven ante la enfermedad tiene fundamentos: en junio sus padres y sus tíos se enfermaron de coronavirus. Su mamá estuvo hospitalizada una semana; sus tíos entraron a terapia intensiva y uno de ellos murió por complicaciones con la diabetes que ya padecía.

Ante la falta de empleo, ahora es el responsable de las tareas del hogar y de ayudar a su hermano menor con las clases en línea, mientras sus padres salen a trabajar. Su objetivo para le próximo año es conseguir un mejor empleo del que tenía.

Pero con estudios de preparatoria, las posibilidades de encontrar un empleo bien remunerado son bajas.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),los jóvenes que tienen estudios universitarios tienen más posibilidades de encontrar un empleo mejor pagado que aquellos que tienen solo la preparatoria o la secundaria. 

No obstante, ellos son los primeros que logran ocuparse en trabajos informales y sin prestaciones, como los que ha tenido Eduardo en los últimos cuatro años, lo que afecta su crecimiento laboral, pero también su porvenir, ya que no ahorran para su retiro y no cuentan con servicios médicos.

Como la situación de Eduardo lo demuestra, la crisis de empleo entre la población juvenil no es nueva. Existen diversos estudios que señalan que los jóvenes enfrentan las peores condiciones laborales desde hace muchos años.

Y aunque los gobiernos conocen situación, no ha habido programas enfocados a mejorar las condiciones de este grupo poblacional. En este sexenio se implementó el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, para becar con 3,600 pesos mensuales a los jóvenes que trabajen como becarios en alguna empresa o negocio de su localidad.

Sin embargo, las organizaciones han señalado que este programa no es suficiente para atender las necesidades de la juventud mexicana.

“El programa como política de empleabilidad para jóvenes es positivo; pero de ninguna manera es suficiente ante el reto inmenso de crear al menos un millón 200,000 empleos cada año”, dijo Rogelio Gómez Hermosillo, miembro de la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

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