Por Gabriela Rivera
@gabs_07
Los despidos por la pandemia demostraron una vez más la desigualdad que existe entre hombres y mujeres en el mundo laboral: mientras que la tasa de desempleo llegó a 23.5% en los varones, en el caso de las mujeres fue de 43.1%.
La Encuesta Telefónica sobre COVID-19 y Mercado Laboral (ECOVID-ML), elaborada por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) en abril pasado, demostró que las mujeres fueron las más afectadas por los recortes de personal generados a partir del confinamiento y el cierre de actividades.
El Fondo Monetario Internacional (FM) intentó explicar esta situación: por un lado, los cuidados sociales y la educación son áreas en las que no es posible realizar teletrabajo, y fueron las primeras en las que se hicieron despidos.
En algunos sectores económicos afectados por la crisis y que han tenido que cerrar actividades,, como los servicios de hotelería, restaurantes y el servicio domésticos, las mujeres están sobre representadas, lo que agrava más la situación de las trabajadoras en estas áreas.
Otra explicación es que la mayoría de las mujeres trabajan en el sector informal: ya sea que trabajen por su cuenta, o que estén en una empresa, pero no tengan contratos y prestaciones, por lo que en el momento de los despidos es más fácil terminar la relación laboral con ellas.
Tal es el caso de Vania, Mariana y Cecilia, mujeres que fueron despedidas al inicio de la pandemia, y que no tenían contratos formales, sino que cobraban bajo el esquema de doble nómina y sin seguro social. En los tres casos, los empleadores se aprovecharon y las hicieron firmar una renuncia voluntaria, lo que significó que dejarán su empleo sin la liquidación que les correspondía.
La crisis sanitaria demostró nuevamente lo que se ha dicho en las encuestas y estudios, nacionales e internacionales: seis de cada 10 mujeres siguen trabajando en la informalidad, ya sea en negocios propios o con empresas que no les otorgan un contrato y las prestaciones mínimas a las que tienen derecho.
Esto se repite bajo la idea de que las mujeres deben tener empleos de medio tiempo para poder atender a sus familias y el hogar, sin importar que sean tanto o más capaces que los hombres para realizar dichas actividades, según refiere otro estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que señala que a lo largo de las últimas décadas la tasa de desempleo en las mujeres siempre ha sido el doble que la de los varones por estas situaciones.
Los pocos casos en los que este patrón se rompía también fueron afectados por la pandemia y los despidos injustificados. Carolina trabajó durante 7 años en una empresa editorial y era la que mantenía un trabajo formal y con prestaciones en su hogar, mientras su esposo trabaja por su cuenta en el área de producción.
Gracias a su empleo, tuvieron acceso a un crédito hipotecario, su hija nació en el IMSS y gozaron de los beneficios de un empleo formal hasta hace tres meses, cuando la empresa decidió liquidarla con solo la mitad de lo que lo que correspondía por ley.
Carolina no ha encontrado otro trabajo formal y, por el momento, hace trabajos como freelance mientras ayuda a su hija de 6 años con las clases en línea.
Y es que la reapertura de actividades tampoco ha beneficiado a las mujeres. El mismo estudio de la OIT señala que entre junio y julio la mayoría de los empleados que regresaron a laborar fueron los hombres, en el caso de las mujeres incluso hubo una reducción de regreso al empleo.
Esto significa que mujeres como Carolina, no han encontrado otro trabajo que les permita reinsertarse al mercado laboral, recuperar su carrera y tener un ingreso que les permita ser independientes de su pareja.
Las diversas crisis que enfrentan las muejres, entre ellas la laboral, no ha sido reconocida por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Apenas el 12 de agosto pasado, el mandatario celebró que en la nueva normalidad se han recuperado 30 mil empleos.
“Entonces, la economía está respondiendo bien, nos va a llevar tiempo, pero ya vamos de salida. ¿Cómo me siento en la actualidad? Bien, creo que no le hemos fallado al pueblo”, dijo el presidente.
Sin embargo, en ningún momento ha hecho alusión a la crisis de desempleo que viven las mujeres mexicanas por la pandemia, pese a que en el gobierno se despidieron a más mujeres que hombres: 54% de ellas perdieron su trabajo, en comparación con 33% de los hombres, refiere la encuesta telefónica del INEGI.
Los resultados de esta encuentra también demostraron que:
La OIT alertó a todos los países sobre los efectos de la pandemia en el mercado laboral para las mujeres y llamó a los gobiernos a instaurar políticas con perspectiva de género que hicieran frente a esta situación que significaría mayor pobreza para las familias.
Sin embargo, en México no se ha visto una política pública con esta perspectiva aunque ya han pasado seis meses desde que inició la crisis por el coronavirus.
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