Afganistán enfrenta una crisis de adicción a sustancias como heroína, metanfetamina y opio que afecta a miles de personas e incluso a sus perros, ya que también los drogan, provocando que muchos mueran por sobredosis.
La otra crisis de un pueblo herido de guerra
En Afganistán, miles de personas se refugian en las drogas para escapar de los resabios de la guerra, la violencia y la pobreza. La adicción a sustancias como heroína, metanfetamina y opio ha afectado incluso a los perros que los acompañan, pues suelen compartir las drogas con ellos.
En 2015, la ONU informó que alrededor de 2.3 millones de afganos consumieron drogas durante ese año, 5% de la población; esta es la última cifra oficial sobre el uso de drogas en el país, pero se teme que en los últimos años la cifra haya incrementado considerablemente, sobre todo en los alrededores de Kabul, donde personas adictas a estas sustancias psicoactivas viven abajo de puentes, en parques, desagües, o en la ladera de una colina.
Este país, que es el mayor productor mundial de opio y heroína, ha sido devastado por décadas de guerra, por la pobreza crónica, la falta de alimento y los desastres naturales, ya que es uno de los países del sur de Asia más propensos a padecer fenómenos como sequías, terremotos, inundaciones, tormentas de arena y avalanchas en su territorio.
También drogan a sus perros
Ebrahim Noroozi, fotógrafo de la agencia Associated Press, retrató las crudas condiciones en que viven los afganos adictos de Kabul. Ua impactate secuecia de fotos publicada e el diario El País deja ver que esta crisis ha permeado e los perros que se acercan a las zonas con mayor presencia de drogas, donde se les puede ver deambulando perdidos tras haber sido ser drogados con opioides por las personas.
Estos animales también se han vuelto dependientes a las sustancias y suelen terminar en un estado de inconsciencia cuando alguien se las suministra. El riesgo para los perros que habitan en la zona es tal, que las autoridades han reportado la presencia de varios cadáveres en la basura, víctimas de sobredosis.
Encerrados
Tras la llegada al poder de los talibanes en Afganistán, en agosto del año pasado, la estrategia para “controlar” la adicción a las drogas en el país sigue siendo tan agresiva como la de sus antecesores: acorralarlos y trasladarlos a campamentos donde permanecen durante 45 días, sin tratamiento o medicación y donde escasea la comida a falta de recursos.
“En dos noches de este verano, los combatientes talibanes asaltaron dos zonas donde se reúnen los adictos: una en la ladera y otra bajo un puente. En total, reunieron a unas mil 500 personas, según los funcionarios encargados de registrarlas. Los metieron en camiones y coches y los llevaron al Hospital Médico de Tratamiento de Drogas Avicena, una antigua base militar estadounidense que en 2016 se convirtió en un centro de tratamiento de drogas”.
Uniradio
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