Las guerras que vivió la Reina Isabel II

La Reina Isabel II falleció este jueves y su legado es de los más relevantes en la historia mundial, en parte, en los conflictos geopolíticos.

Testiga de pandemias, guerras y avances tecnológicos

La Reina Isabel II murió este jueves 8 de septiembre y desde la noticia se han destacado varios pasajes de la vida de una de las monarcas más longevas de la historia, testigo de los sucesos más abruptos de la humanidad como pandemias, guerras, desarrollo tecnológico, cambio climático, así como el ascenso y caída de regímenes políticos.

Fue un seis de febrero de 1952 que la entonces princesa Isabel recibió en Kenia la noticia de la muerte de su padre, el rey Jorge VI, y su ascenso al trono. Desde entonces, Isabel, como es conocida en países de habla hispana, aunque su nombre de nacimiento es Elizabeth Alexandra Mary; fue espectadora y participante de distintas confrontaciones por el poder.

Después de la Segunda Guerra Mundial

Isabel II ascendió a la cima de la monarquía británica en el contexto de la guerra de Corea, al final de la Segunda Guerra Mundial que implicó el involucramiento indirecto de China y la entonces Unión Soviética (URSS), así como el papel directo de 15 países, encabezados por Estados Unidos con una participación secundaria del Reino Unido.

Otro episodio en sus primeros años como mandataria, fue la revuelta Mau Mau en Kenia, la cual formaba parte el imperio británico, y que dejó un saldo de miles de personas muertas entre 1952 y 1960.

La Revolución Cubana, 1953-1959, también se desarrolló ante los ojos expectantes de la reina, y tras la derrota de Fulgencio Batista, el recién constituido régimen comunista de Fidel Castro encendió alertas en Londres debido a que el imperio aún conservaba islas en el mar Caribe. De hecho, el gobierno británico fue el que puso sobre aviso a John F. Kennedy de la presencia de barcos soviéticos cargados con misiles atómicos rumbo a Cuba en 1962.

Así mismo, estuvo indirectamente involucrada en la guerra de Vietnam (1955-1975) cuando Australia y Nueva Zelanda, países de los que es jefa de Estado, entraron en el conflicto bélico como aliados de Estados Unidos.

Israel y la Revolución Islámica

En 1956, en la guerra de Sinaí, Londres fue obligada por Estados Unidos y Rusia a dejar de atacar, junto a Francia e Israel, a Egipto tras la nacionalización del Canal de Suez. Posteriormente, en 1967, los países árabes acusaron a Londres de respaldar a Israel en la guerra de los Seis Días contra Egipto, Siria, Jordania e Irak, que dejó un saldo a favor de Israel con la apropiación de la península del Sinaí, la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán.

Para 1973, Isabel II aprobó el apoyo a Israel en la guerra de Yom Kipur contra de Egipto y Siria. De igual forma, vio con beneplácito la alianza entre EU, Francia, Italia y Reino Unido para restablecer la paz en Beirut tras la ocupación israelí al Líbano, operación que se desarrolló entre 1983 y 1985.

Tanto Reino Unido como Estados Unidos eran leales a la realeza iraní, afición que los llevó a auspiciar un golpe de estado en 1953 contra el gobierno democrático del primer ministro Mohammad Mosaddeq, quien al nacionalizar el petróleo perjudicó en buena medida a las compañías inglesas.

La reina Isabel II se encontró con el sha Mohammad Reza Pahleví en diversas ocasiones (1953, 1955, 1959, 1961, 1962, 1972) hasta la revolución islámica de 1979 que interrumpió los intereses geopolíticos y económicos entre Londres y Teherán. Desde ese suceso, el distanciamiento y choques diplomáticos han sido el sello de su relación con Irán, al punto que Irak recibió el apoyo británico en la guerra contra aquel país (1981 y 1988).

Las hostilidades con Irlanda del Norte

Entre 1968 y 1988, Irlanda del Norte, también llamada Ulster y que forma parte del Reino Unido, vivió una confrontación armada y terrorista, orquestada por IRA o el Ejército Republicano Irlandés Auténtico.

El 30 de enero de 1972, el ejército británico disparó contra un mitin matando a 14 hombres, muchos de ellos menores de 20 años. Acto que pasó a la historia como Bloody Sunday.

Conflictos armados en América

En 1982 Argentina decidió tomar militarmente las islas Malvinas al reivindicarlas como parte de su territorio. Diez semanas después, el gobierno británico encabezado por Margaret Thatcher logró la rendición de Buenos Aires y su retiro del archipiélago.

A un año de ese hecho, Granada, una pequeña isla antillana de la que Isabel era jefa de Estado, fue invadida por Estados Unidos para deponer al primer ministro Hudson Austin por su alianza militar con Cuba y la entonces Unión Soviética (URSS), lo que provocó la condena directa de Thatcher.

De hecho, en 1985, Isabel II tendría desacuerdos con Thatcher, al negarse esta última a imponer sanciones a Sudáfrica como parte de la política del apartheid.

Apoyo a Estados Unidos contra Saddam Husein

La reina también observó a las tropas de su país acudir a la guerra en Bosnia-Herzegovina, tras el desmembramiento de Yugoslavia, en una operación no ajena a controversias y debates. Las operaciones de Estados Unidos en esta región siempre contaron con el respaldo de la corona y gobierno británicos.

Como la guerra de Afganistán, en la que Londres acompañó a Estados Unidos en su incursión militar a Irak para derrocar a Sadam Husein, intervención justificada por el supuesto apoyo de Bagdad al terrorismo y de poseer armamento de “destrucción masiva” que jamás fue encontrado.

Con información de Milenio.

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