En respuesta a los crecientes índices de criminalidad y a la lucha constante entre cárteles de drogas en México, el Ejército mexicano ha desplegado un total de 13 mil 89 militares en nueve estados del país a lo largo de este año. La estrategia, denominada Fuerza de Tarea Conjunta México, tiene como objetivo fortalecer la seguridad en regiones afectadas por la delincuencia organizada y garantizar la protección de la población civil.
De acuerdo con las autoridades, los estados que han recibido el despliegue militar en lo que va del año son:
Cada uno de estos estados ha enfrentado desafíos únicos en términos de seguridad debido a la actividad de los cárteles de la droga y la violencia que esto ha generado.
En Michoacán, por ejemplo, se anunció el envío de mil 200 militares a la zona de Tierra Caliente el 28 de agosto, en respuesta a denuncias de extorsiones a comerciantes y productores de limón.
Además, estos efectivos tienen la tarea de vigilar las carreteras en busca de bloqueos del crimen organizado y llevar a cabo operativos para detener a líderes criminales.
El estado de Sinaloa, conocido por ser el lugar de origen del Cártel de Sinaloa, también ha experimentado un despliegue significativo de fuerzas militares. Después de la detención de Ovidio Guzmán, hijo del líder del cártel Joaquín “El Chapo” Guzmán, en enero, la Secretaría de la Defensa envió mil 500 soldados para restablecer la seguridad. En julio y mayo, se enviaron 300 soldados adicionales en cada ocasión.
Baja California, por su parte, recibió mil 500 efectivos en agosto. Esto, con el objetivo de reforzar la seguridad en ciudades como Mexicali, Tijuana y San Luis Río Colorado. En Sonora, el despliegue se debió al hallazgo de fosas clandestinas y enfrentamientos a balazos entre grupos antagónicos de la delincuencia organizada.
Para Jalisco, donde las disputas internas en el CJNG han generado una ola de violencia, la Sedena envió mil 100 soldados en mayo y 350 en julio.
En Guanajuato, mil 250 elementos llegaron en abril, seguidos de 750 más en mayo, con un enfoque en combatir la delincuencia organizada en varias ciudades.
Para Zacatecas, mil 239 militares fueron enviados a lo largo del año. En Colima, se enviaron 800 soldados en tres grupos separados, con la tarea de reforzar la seguridad y combatir el narcotráfico.
Tamaulipas experimentó el despliegue de mil 200 elementos de fuerzas especiales de enero a agosto. De ellos, 700 concentrados en la vigilancia y el restablecimiento de la paz en Reynosa.
Finalmente, Guerrero recibió 700 militares. De ellos, 500 tienen la encomienda de vigilar el puerto de Acapulco, una de las zonas más afectadas por la criminalidad en el estado.
La militarización de un país se refiere al proceso por el cual las fuerzas militares de una nación adquieren un papel o una presencia más prominentes en la vida política, social o económica de la sociedad. Si bien el despliegue interno, es decir, la utilización de las fuerzas militares para mantener la seguridad ciudadana, en lugar de limitarse a la defensa nacional contra amenazas externas, es un indicador que se debe de considerar, existen otros factores que nos hablan de una militarización. A continuación los detallamos:
Una vez conociendo dichos indicadores, tú como ciudadano, ¿consideras que México es un país militarizado?
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Con información de Milenio.
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