Por Sebastián Jaimes Garfias
Twitter: @Sebastian_JG16
Una vez más hemos rebasado cifras preocupantes de desafortunados decesos por coronavirus. Más de noventa mil historias, familias, sueños y posibilidades que no serán más.
Parece ser que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hablé sobre este respecto, cuando hablé de lo que López-Gatell consideró un escenario catastrófico al margen de sesenta mil defunciones por coronavirus. Muy pocas cosas han cambiado desde entonces y los casos y muertes siguen sucediendo sin que se asome alguna luz al final de este largo túnel.
Cuando escribí aquella vez, recuerdo haber hecho un llamado a la sociedad y al Estado a cooperar de manera transversal para mitigar los efectos de la pandemia.
Hoy lo vuelo a hacer porque sigo creyendo firmemente que se trata de una responsabilidad compartida; sin embargo, también creo que el Estado debe, desde todas su ramas y plataformas, de seguir teniendo a la pandemia en primer plano, no le debe de restar atención ni importancia en vista de que las muertes y casos siguen aumentando y en vista de que, en algunas ocasiones pareciera ser que, no hace nada más que conferencias o reportes nocturnos.
Los representantes del Estado deben de mantenerse firmes y liderar con el ejemplo, deben de mantener la sana distancia, deben de prescindir de actividades, reuniones, ceremonias y eventos verdaderamente no esenciales, deben usar cubrebocas.
Debe el ejecutivo, reitero, liderar con el ejemplo.
Por su parte, la sociedad también debe de continuar siendo responsable. Debemos de acatar las medidas y no relajar las actitudes ni la guardia. Debemos seguir cuidándonos porque al hacerlo, insisto, cuidamos a otros.
Miremos lo que está pasando en otros países. En Europa, donde se logró aplanar curvas respectivas de contagios y muertes, los casos han repuntado exponencialmente después de que la sociedad se confió y decidió dejar de acatar las medidas de prevención. Países como Italia, Francia y España están regresando al confinamiento.
Que todo esto nos sirva de ejemplo y lección.
Sigamos siendo conscientes y responsables, la pandemia persiste y se observa seguirá por un largo tiempo.
Sin embargo, podemos poner de nuestra parte para mitigar sus efectos. No bajemos la guardia.