Cada día, Petróleos Mexicanos refina una gran cantidad de petróleo, el remanente de lo que queda, es decir las sobras o lo de peor calidad de llama combustóleo. Hasta el año pasado podía venderlo como combustible para embarcaciones marinas, pero que hoy está fuera de las normas internacionales por su alto contenido en azufre.
La estrategia del gobierno es generar más barriles de petróleo al día, lo que implica a la vez un aumento en la producción de combustóleo. El problema es que es un producto contaminante y que no se vende.
Debido a diversas normas ambientales, este producto ha dejado de usarse en varios países del mundo o han reducido su consumo al mínimo. El problema para México es que no tiene cómo deshacerse de él y comienza a almacenarlo.
Ahora que el gobierno ha frenado a las energías limpias tanto los industriales como los analistas del sector coinciden en es muy probable que el combustóleo sea usado en las plantas de la Comisión Federal de Electricidad, lo que provocará mucha más contaminación de la ya existente.
Un ejemplo es la planta termoeléctrica de Tula, Hidalgo, la cual general el 35 por ciento de la contaminación del estado y que afecta a varios municipios de Estado de México, así como alcaldías de Ciudad de México.
La CT Tula es una enorme planta termoeléctrica con cinco unidades de generación y una capacidad total de más de 1,500 MW. Utiliza combustóleo al 80%, que es un residuo de la refinación de petróleo, con más de 4% de azufre, por lo que viola la normatividad oficial mexicana de manera flagrante (NOM 016 CRE).
Lo anterior, aunque podría operar totalmente con gas natural gracias a su diseño dual. El gobierno, a través de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y de la CT Tula da salida al combustóleo generado por refinerías de Pemex obsoletas, ineficientes y sin reconfiguración.
Esto va a extenderse con las recientes disposiciones gubernamentales para elevar los volúmenes de refinación, y para bloquear a las energías renovables y promover el uso de combustóleo en centrales termoeléctricas anacrónicas de CFE.