El maestro del siglo XXI

maestro siglo 21

Los responsables de enseñar a nuestros niños también enfrentan carencias y problemas que el sistema educativo no ha podido resolver.

Por Gabriela Rivera

En las últimas dos décadas, se pensó en el rol del docente más como una guía de los alumnos que en la figura tradicional de una persona parada frente al pizarrón explicando conceptos que los menores debían memorizar.

Sin embargo, el sistema educativo mexicano aún tiene muchos retos, entre ellos la formación de los nuevos docentes, la renovación de las plantillas, la actualización, así como las circunstancias que viven sus alumnos fuera del salón de clases.

¿Quiénes son nuestros maestros y cómo aprenden a serlo?

De acuerdo con la Encuesta Internacional sobre la Enseñanza y Aprendizaje de la OCDE (TALIS, por sus siglas en inglés), la plantilla docente en México tiene 42 años en promedio, aunque existe un cuarto de dicha plantilla que tiene más de 50 años y que pronto tendrá que jubilarse, para dar paso a una nueva generación de docentes.

Si bien, más de la mitad de los profesores son mujeres, en puestos directivos es apenas el 35%, lo que demuestra una vez más la inequidad de género, incluso en una profesión donde predomina el sexo femenino.

Los docentes aseguran que esta profesión tienen que ver con vocación y así lo demuestran las cifras: seis de cada 10 maestros eligieron su profesión, y la mayoría de ellos cree que puede influir en en el desarrollo infantil o contribuir a mejorar la sociedad a través de la educación.

Sin embargo, la formación aún tiene áreas de oportunidades de mejora: por ejemplo, los nuevos docentes aseguran que 70% del tiempo de su carrera les enseñaron como manejar la clase y controlar a los alumnos, mientras que temas como el uso de las tecnologías de la información (TIC’S) o la enseñanza en un entorno multicultural tuvieron menos tiempo, a pesar de que son igual de importantes en la actualidad.

El tema de la capacitación es otro problema persistente. Las reformas educativas de Enrique Peña Nieto y  Andrés Manuel López Obrador establecen la actualización como obligatorias, pero este rubro no cuenta con presupuesto suficiente ni se ha garantizado que los cursos impartidos atiendan los problemas a los que los docentes se enfrentan todos los días.

Pese a ello, más de la mitad de los maestros reportan que asisten a programas o cursos para actualizarse, y aseguran que éstos tienen un impacto positivo y les generan satisfacción profesional.

El reto en el aula

Los profesores en México siguen trabajando para cambiar su rol dentro del aula, aunque hay circunstancias externas que han dificultado dicha transformación.

La falta de desarrollo de habilidades avanzadas en tecnologías de la información; la enseñanza en entornos multiculturales o niños con necesidades especiales; así como los entornos de violencia o pobreza que viven sus alumnos hacen que ser maestro sea una tarea mucho más compleja: 10% de los alumnos de un salón son de origen migrante, y otro 10% tiene alguna necesidad especial de aprendizaje, ya sea emocional, intelectual o física.

Y a pesar de que la mayoría de los cursos de actualización impartidos por la Secretaría de Educación Pública (SEP) están enfocados a capacitar a los docentes en las necesidades que puedan tener estos niños, los datos revelan que aún esta preparación es insuficiente.

En el caso de las situaciones que viven sus alumnos, los docentes también reportan que tienen que dedicar tiempo a atender situaciones, como el que los niños llegan sin desayunar, y por lo tanto no prestan la atención necesaria.

Éste es un tema recurrente en el sistema educativo mexicano, pues la pobreza que viven los niños persiste a través de los años y los maestros siguen enfrentando este problema dentro del aula y buscando cómo mitigar las carencias que viven los niños.

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