#Especial: Biden sueña con dar el golpe en Texas, estado de tradición republicana

Los texanos no se sienten americanos… “somo texanos”, dicen; 17 millones de votos anticipados se registraron en Texas

Por @JorgedeLuna

México perdió más de dos millones, 500 mil kilómetros cuadrados de territorio con la batalla del Álamo, el conflicto militar que obligó a Antonio López de Santa Anna a retirar sus tropas de su propia tierra.

Dicho enfrentamiento fue crucial en la Revolución de Texas que consistió en un asedio de 13 días de duración, desde su inicio el 23 de febrero hasta el asalto final del 6 de marzo de 1836.

Enfrentó al ejército de México, encabezado por el presidente Antonio López de Santa Anna, contra una milicia de secesionistas texanos, en su mayoría colonos estadounidenses, en San Antonio de Béxar, en la entonces provincia mexicana de Coahuila y Texas.

Todos los beligerantes en favor de la República de Texas murieron, a excepción de dos personas, lo cual inspiró a muchos colonos texanos —y aventureros estadounidenses— a unirse al ejército de Texas. Animados por el deseo de venganza, a partir de la crueldad mostrada por Santa Anna durante el asedio, los texanos derrotaron y masacraron mientras dormían al ejército mexicano en la batalla de San Jacinto, el 21 de abril de 1836, poniendo fin al movimiento revolucionario.

Desde momento, los texanos, que eran parte de México no se sentían como tal mexicanos, y eso fue lo que derrotó al presidente Antonio López de Santa Anna.

Luego de más de 200 años, los texanos, siguen sintiéndose texanos y no estadounidenses, de hecho, tiene su propia bandera y, si quisieran pueden gobernar aparte de los Estados Unidos.

Texas se ha convertido en un estado clave en las elecciones de este 3 de noviembre, pues los demócratas confían en desbancar a los republicanos.

Entre las contiendas que podrían definir el control del estado se encuentran las sillas que ocuparán los congresistas por los distritos 21 y 23 en la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

El Distrito 21 cubre varios condados del centro de Texas, incluyendo Bandera, Kerr, Kendall, Blanco, Gillespie, parte del condado Bexar (San Antonio), parte del condado Real, parte del condado Comal, parte del condado Hays, y parte del condado Travis (Austin).

Texas es un estado tradicionalmente republicano

Hay que remontarse hasta 1976 para encontrar una elección presidencial en la que un candidato demócrata se impuso en Texas. En esa ocasión fue Jimmy Carter, que derrotó a Gerald Ford, que buscaba la reelección tras completar el mandato para el que Richard Nixon había sido electo en 1972. Desde entonces, este estado de la región centro-sur de los Estados Unidos ha sido confiablemente rojo, el color que identifica al Partido Republicano.

El triunfo de Donald Trump en 2016 ratificó la tendencia. Si bien en la totalidad del país obtuvo casi tres millones de votos menos que Hillary Clinton, ganó en el Colegio Electoral porque la venció en más estados. En esa disputa, Texas fue clave, porque es el segundo más poblado del país, con 29 millones de habitantes, y el segundo en cantidad de votos electorales (38). Trump le sacó nueve puntos de diferencia a la ex secretaria de Estado: se impuso por 52,2% a 43,2 por ciento.

Pero el panorama luce muy diferente en las elecciones de este año. Hoy, el presidente tiene una ventaja muy exigua, de apenas un punto porcentual, es decir, inferior al margen de error de los estudios de opinión pública. De acuerdo con el promedio ponderado de las principales encuestas que realiza el sitio especializado FiveThirtyEight, Trump se impone a Joe Biden por 48,1% a 46,8 por ciento.

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