¿Has notado que los productos para mujeres son más caros? Sí, con solo pintarlos de rosa y agregarles algunas características que los hacen “perfectos para ellas”, su costo aumenta y esto no solo afianza estereotipos, sino que perpetúa la desigualdad, pues las mujeres siguen percibiendo ingresos menores que los hombres.
Un mundo “rosa”, pero desigual
El impuesto rosa o pink tax no es en sí mismo un impuesto, sino un sobreprecio creado con base en estrategias de mercadotecnia, el cual encarece los productos creados “para mujeres”, como los rastrillos rosas, shampoos, desodorantes, cremas de depilar y demás, o que son exclusivos para el uso femenino, como los productos de higiene menstrual. Así, solo por marketing, el mercado los hace mucho más caros que los precios regulares y esta disparidad en los costos ha llevado a que las mujeres promedio paguen hasta 1,351 dólares más cada año que los hombres por los mismos artículos, según informó el sitio Ax the pink tax (Corta el impuesto rosa).
“Cuesta más ser mujer. No es broma. Se llama impuesto rosa. Por este impuesto, la mujer promedio puede pagar mil 351 dólares cada año. Sólo por ser mujer. Es momento de recuperar lo que es tuyo”.
Ax the pink tax
El sobreprecio del pink tax contrasta con la disparidad económica en la que viven las mujeres, quienes a nivel mundial perciben salarios menores a los de sus pares hombres. En México, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), las mujeres mexicanas ganan hasta 34% menos que los hombres e incluso fueron las más afectadas por el desempleo y la crisis económica derivada de la pandemia de COVID-19.
Pagar más solo por ser mujer
En 2019, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) dio a conocer que en nuestro país los productos de color rosa que están dirigidos a las mujeres “son hasta 17 por ciento más caros en comparación con el de los hombres, en artículos de igual función, debido al denominado impuesto rosa”, según informó la agencia Notimex en aquel momento. De acuerdo con la Profeco, el incremento del precio respecto de otros productos puede deberse a que las empresas invierten una mayor cantidad de dinero en el diseño y la presentación de los productos para, justamente, enfocarlos al “gusto” de las mujeres.
La sugerencia del organismo defensor de los consumidores para no caer en gastos excesivos al adquirir artículos que pueden ser más baratos sin un color o diseño en particular es “comprar en oferta o al mayoreo; en el caso de productos para bebés o niños, considerar la adquisición de artículos neutros.Y si los productos son iguales, pero solo cambia el precio por el color rosa, considerar la posibilidad de comprar la versión neutra”.
“Este es un tema muy interesante, es un tema global. Con base en análisis de Profeco, el sobreprecio tiene que ver con una cuestión de marketing, de empaque, diseño, publicidad y todo lo necesario para llegar a las mujeres, que somos las principales consumidoras de los hogares”, Fátima Masse, directora de Sociedad Incluyente del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco),
El impuesto rosa también es violencia
De acuerdo con Gloria Sánchez Hernández, senadora de Morena, el impuesto rosa es una forma más de violencia contra las mujeres que les causa afectaciones en su economía, por lo que es necesario visibilizar, combatir y sancionar la imposición del pink tax. La senadora ha explicado que, aunque es una realidad que existan productos específicos para cada sexo, en algunos casos lo único que se cambia es el color de la etiqueta.
“Hay estereotipos que no corresponden a una sociedad inclusiva, incluyente y respetuosa de los derechos humanos, por lo que deben ser combatidas con prontitud y eficacia (…) Si no combatimos la violencia y discriminación en las cosas más cotidianas, no será posible terminar con las prácticas machistas de nuestra sociedad”, señaló Sánchez.
Con información de El Sol de México