Ella es María Herrera Magdaleno, una de las 100 personas más influyentes del año

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María Herrera Magdaleno es una activista michoacana de 73 años que busca a cuatro de sus hijos (desaparecidos en 2008 y 2010) y ha sido reconocida por la revista estadounidense Time como una de las 100 personas más influyentes del año por su incansable labor.

María Herrera Magdaleno: la incansable lucha de una madre buscadora

María Herrera Magdaleno busca incansablemente a cuatro de sus hijos desde sus desapariciones en los estados Guerrero y Veracruz en los años 2008 y 2010. A través de su lucha y activismo, esta madre buscadora ha logrado visibilizar a nivel mundial la tragedia de las desapariciones en México por parte de miembros del crimen organizado.

Su caso se dio a conocer en medios de comunicación en 2010, aunque la tragedia llegó a su vida desde agosto de 2008, tras la desaparición de dos de sus ocho hijos: Raúl y Jesús Salvador, comerciantes de plata y otro, durante un viaje a Guerrero.

Dos años después el dolor de María se multiplicaría, pues otros dos de sus hijos desaparecieron también, junto con uno de sus nietos y un sobrino: Gustavo y Luis Armando, que también se dedicaban al comercio de oro y plata, viajaron a Veracruz y nunca más los volvió a ver. Hasta la fecha no hay respuestas ni justicia para su caso, pero esta madre buscadora se ha convertido en un ejemplo de lucha y tenacidad, en un país con decenas de miles de personas desaparecidas en la más absoluta impunidad.

¿Qué publicó la revista Time sobre María Herrera Magdaleno?

Herrera Magdaleno ha sido considerada por la revista Time entre las 100 personas más influyentes del 2023 y así la describió la revista en su edición especial:

“La activista mexicana María Herrera Magdaleno, de 73 años, ayuda a liderar un movimiento de miles de personas al que nadie quiere unirse. Cuatro de sus ocho hijos, Jesús Salvador, Raúl, Luis Armando y Gustavo, están desaparecidos desde hace más de una década. Se encuentran entre las más de 111 mil personas actualmente desaparecidas en México en medio de la violencia endémica sembrada por los cárteles de la droga.

Cuando el pedido de ayuda del sistema de justicia mexicano de Herrera dio pocos frutos —una experiencia común en un país donde la policía carece de los recursos para lidiar con su gran número de casos y se sabe que está coludida con los grupos del crimen organizado— ella se unió a un movimiento de familias que tomaron la búsqueda en sus propias manos.

Conocida cariñosamente como doña Mary, ayudó a fundar en 2014 una red nacional de colectivos locales que enseñan a las personas cómo investigar la desaparición de un ser querido.

En mayo de 2022, se reunió con el papa Francisco y en noviembre demandó al Estado mexicano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por no haber investigado la desaparición de sus hijos. Los defensores de los derechos humanos dicen que tales esfuerzos están aumentando la presión sobre los líderes de México para que respondan a la crisis”.

THE 100 MOST INFLUENTIAL PEOPLE OF 2023, Revista Time

¿Cuál es la historia de esta madre buscadora?

La familia de María Herrera Magdaleno, de 73 años, es originaria de Pajacuarán, Michoacán. Sus cuatro hijos desaparecidos se dedicaban a la venta de pedacería de oro y plata desde varios años antes de la tragedia que llevó a Magdaleno a convertirse en una de las líderes de la búsqueda de personas desaparecidas en su estado, donde conoció a Javier Sicilia en 2011, durante su visita con la Caravana Por la Paz.

En aquel entonces, en una entrevista con el diario Excélsior, María habló sobre las adversidades a las que se enfrentan las familias buscadoras y la falta de atención por parte de las autoridades, lo que las ha llevado a organizarse y valerse de sus propios recursos para seguir en pie de lucha y exigir justicia para saber qué fue lo que pasó con sus seres queridos:

“Nosotros hemos tenido el apoyo de habitantes de nuestra comunidad, quienes de manera económica nos han apoyado para trasladarnos de un lugar a otro en busca de nuestros familiares. De nuestras ganas, nosotros nos sumaríamos a esta Caravana por la Paz, en busca de que las autoridades nos hagan caso de una vez por todas, pero la falta de recursos económicos nos impide seguir y apoyarlos (…)

Yo les digo es un delito ser michoacanos, cuál es nuestro delito, ser humildes, ser gente trabajadora, jamás habíamos molestado nosotros a las autoridades, nuestro primer caso nos fuimos inmediatamente con [Leonel] Godoy porque él fue a San Pedro a inaugurar una plaza, él nos dijo que esto no estaba en su jurisdicción porque no había pasado dentro de Michoacán, pero nosotros somos gente de él, somos gente de Michoacán, ¿por qué nos hacen esto? Dios mío, ayúdenos por favor”.

Lee también: Mujeres buscadoras de personas desaparecidas continúan a contracorriente

Con información de Time, Excélsior y La Razón

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